Maestras cristianas oran por los niños de manera peculiar
Oración que marca el inicio del año escolar
En Texas, un grupo de maestras cristianas de una escuela pública decidió comenzar el nuevo año escolar de una manera muy especial: orando en cada salón de clases. Antes de que los estudiantes llegaran, se reunieron para interceder delante de Dios, pidiendo su dirección y protección sobre la vida de cada alumno.
En un ambiente de profunda fe, estas maestras pasaron por cada pupitre y cada silla, orando por los estudiantes que ocuparían esos lugares. Su propósito fue claro: presentar a Dios la vida de cada niño y joven, pidiendo sabiduría, paz y la guía del Espíritu Santo en el aprendizaje diario.
Maestras cristianas
Entre ellas se encontraba una docente que expresó su deseo de que cada aula sea un espacio donde los estudiantes puedan sentirse seguros y acompañados no solo en lo académico, sino también en lo espiritual. Para ella, la educación es una misión que va más allá de impartir conocimientos: se trata de sembrar principios que permanezcan en el corazón de sus alumnos.
El acto fue también un testimonio público de fe. En un tiempo donde la enseñanza en escuelas públicas suele limitarse al aspecto académico, estas maestras cristianas recordaron que la educación no puede separarse de los valores espirituales. Su clamor fue que cada alumno no solo adquiera conocimiento, sino que también sea alcanzado por la verdad del Evangelio.
Durante la jornada de oración, pidieron fortaleza para los docentes, paciencia para los padres y esperanza para toda la comunidad escolar. Reconocieron que los desafíos en el aula son grandes, pero afirmaron que la oración es la herramienta más poderosa para afrontarlos.
El gesto publicado en instagram ha inspirado a otros a imitar la iniciativa. Más allá de una simple tradición, lo que hicieron estas maestras cristianas en Texas fue levantar un muro espiritual alrededor de la escuela, confiando en que la Palabra de Dios no vuelve vacía.
Con convicción, declararon que su deseo es ser luz en medio de las aulas, demostrando a sus alumnos que la fe no se limita al templo, sino que acompaña la vida diaria, incluso en el salón de clases.
El inicio de este año escolar quedó marcado por la certeza de que cada estudiante está siendo recordado delante de Dios. Y mientras estas maestras cristianas dan testimonio que cumplen con su llamado a enseñar, también asumen la responsabilidad de interceder por las generaciones que se están formando.
