Sean Feucht es el promotor del movimiento de adoración y avivamiento denominado “Let Us Worship” (Adoremos) que ha desempeñado un papel en la revitalización de la influencia de la Iglesia en el panorama político de Estados Unidos desde el apogeo de la pandemia de COVID-19.
Conciertos y tiempos de adoración a lo largo de la nación norteamericana reúnen a miles de creyentes en sitios emblemáticos como el Times Square Garden de Nueva York y en los capitolios de cada estado. Innumerables almas han sido liberadas de la adicción y la oscuridad, abrazando la salvación a través de Jesucristo como resultado de los esfuerzos del ministerio de Feucht.
Ahora una banda perteneciente al Templo Satánico se prepara para realizar su primer concierto Let Us Burn (Ardámos) en el Capitolio del Estado de Indiana. El evento programado para el próximo 28 de septiembre pretende emular lo que hace Freucht buscando alternativa con mensajes satánicos. Incluso ha copiado el logo Let Us Worship, pero invirtiendo la cruz.
“El diablo siempre trata de falsificar lo real”, dijo Feucht. “No tiene nuevos trucos, el no puede crear. Sólo puede imitar y pervertir lo que ya está sucediendo”.
Después de anunciar el concierto Let Us Burn, el Templo recibió una carta de cese y desistimiento de los abogados de Feucht exigiendo que dejaran de usar el logotipo de la gira para promocionar el evento, alegando violación de marca registrada.
Feucht considera que el Templo está actuando bajo influencia satánica, mientras que él defiende que sus conciertos son para avivar la fe cristiana en el país.
La noticia en oración
Nuestra misión no es sólo informar de lo que acontece. Intercedemos y pedimos a nuestros lectores a unirse a orar por las noticias que publicamos. Únete a nosotros a interceder por Sean Feaucht y su ministerio para que siga bendiciendo multitudes. Atamos al hombre fuerte que intenta falsificar con mentiras la obra de Jesús y clamamos a un derramamiento del Espíritu Santo con convencimiento de pecado a los seguidores de este movimiento de oscuridad. Proclamamos que el mal está vencido.
