Seúl fue el escenario de un evento sin precedentes en Corea del Sur. El pasado domingo 27 de octubre, más de dos millones de personas se unieron en un culto multitudinario, centrado en la defensa de los valores tradicionales de la familia y la libertad religiosa. Esta manifestación fue impulsada por iglesias y organizaciones cristianas surcoreanas que, ante el avance de una ley antidiscriminación que consideran contraria a la constitución y los principios de la fe cristiana, buscaron expresar su postura firme en defensa de la familia tradicional.
Protesta masiva en Corea del Sur en defensa de la familia tradicional
Según los organizadores, la asistencia a este culto masivo en Seúl superó las expectativas, con una cifra aproximada de 1,1 millones de personas presentes en el lugar y otro millón conectándose a través de internet, lo que refleja la amplitud de la preocupación en la comunidad cristiana del país. Aunque la agencia de noticias Yonhap, respaldada por datos policiales, estimó una participación presencial menor, de alrededor de 230.000 personas, las cifras hablan del creciente interés de la sociedad surcoreana por temas relativos a la familia y la libertad religiosa.
Los participantes se congregaron no solo para afirmar la visión bíblica del matrimonio y la familia, sino también para orar por la paz y la protección del país. Este movimiento ha sido descrito como un hito en el activismo social cristiano en Corea del Sur, especialmente ante lo que consideran una amenaza a sus valores fundamentales. “Este evento busca que la Iglesia surcoreana reflexione sobre su responsabilidad social y la esencia de su fe”, señaló un representante del comité organizador.
Ley antidiscriminación y el impacto en la comunidad cristiana surcoreana
El detonante principal de esta movilización fue la creciente presión para aprobar una ley antidiscriminación en Corea del Sur, la cual ha causado debate intenso en el país. Esta legislación, según se ha informado, incluiría disposiciones para reconocer el derecho de las parejas del mismo sexo a recibir beneficios estatales de salud, un punto que ha alarmado a sectores religiosos que consideran el matrimonio como una unión exclusiva entre hombre y mujer.
Según señala Christian Daily Korea, el portavoz del comité organizador, Kim Jeong-hee, enfatizó la preocupación de la iglesia al calificar esta propuesta de inconstitucional, dado que el matrimonio entre personas del mismo sexo no está legalizado en Corea del Sur. En palabras de Jeong-hee, esta ley “podría marcar el inicio de una política de legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo”, lo cual, afirmó, no se limita a una cuestión cristiana, sino que representa “una crisis que sacude los cimientos” del país.
El papel de la iglesia en la protección de la libertad religiosa
Más allá de la cuestión del matrimonio, la iglesia surcoreana expresó su inquietud en torno a las libertades religiosas. En una declaración conjunta, las iglesias participantes manifestaron la importancia de proteger el derecho a la libertad religiosa, de palabra, de pensamiento y de expresión. Según el líder cristiano Hyun-bo So, pastor principal de la iglesia Segero en Busan, no se trata de imponer su fe, sino de proteger la capacidad de la iglesia para sostener su creencia. “No odiamos a los homosexuales. No intentamos decirles lo que deben hacer o no hacer, pero si se aprueban estas leyes en Corea del Sur, la Iglesia cristiana se verá limitada para defender aquello en lo que cree”, comentó So en una entrevista con el medio Christian Daily International.
Este punto ha sido reiterado en varios comunicados, resaltando que la iglesia busca seguir siendo un “faro de luz y sal para la sociedad” y que su postura no busca juzgar o imponer, sino proteger las bases de la libertad religiosa en el país.
Este culto masivo es un llamado a la iglesia a no permanecer en silencio
Durante el acto, se pronunciaron tres sermones, cada uno instando a la iglesia a no permanecer en silencio ante los desafíos sociales y legislativos actuales. Los líderes religiosos remarcaron que callar ante el avance de leyes que consideran perjudiciales para la familia y la libertad cristiana podría tener efectos a largo plazo en la sociedad y, especialmente, en las futuras generaciones.
Líderes religiosos invitados del Reino Unido y Alemania, quienes también participaron en el evento, alentaron a los cristianos surcoreanos a mantener su voz y su influencia social, advirtiendo sobre los efectos de la legalización del matrimonio homosexual en sus propios países. Los pastores extranjeros destacaron que Corea del Sur podría ser un ejemplo a nivel mundial al defender su visión de la verdad y de los valores tradicionales, animando a los cristianos a permanecer firmes y convertirse en un modelo para otras iglesias alrededor del mundo.
