La adoración como expresión – Definiendo la adoración
En nuestra entrega anterior comenzamos a hablar acerca de los distintos aspectos de lo que significa la adoración bíblicamente. Vimos como la adoración implica exaltar a Dios, exaltar sus obras, su carácter y su naturaleza.
Una forma de hacer esto es declarar las verdades acerca de Dios tal y como nos las ha revelado en su Palabra. Pero la Biblia deja en claro que la adoración implica más que reconocer quién es Dios. Implica además responder a lo que Él nos ha mostrado.
Por ello, otro aspecto de la adoración es la expresión. C.S. Lewis en su libro «Reflexiones sobre los Salmos», explica como debemos responder a lo que valoramos. «El hecho más evidente de la alabanza – ya sea a Dios o cualquier cosa… es disfrutar de lo que espontáneamente se está alabando… los que aman alaban a sus seres queridos, los lectores a su poeta favorito, a los que les gusta caminar alaban las bondades de caminar por el campo… En general tenemos mucha dificultad en alabar a Dios porque lo asociamos absurdamente con el concepto de negarnos a nosotros mismos… Creo que nos deleitamos al alabar lo que disfrutamos porque la alabanza no es sólo una expresión sino que se completa con el deleite». (John Piper, al citar a CS Lewis en su libro «The Dangerous Duty of Delight», traducción libre).
En otras palabras, para disfrutar verdaderamente de Dios, para adorarle verdaderamente, debemos expresar lo que está en nuestro corazón. El Salmo 62:8 nos dice: «Confía siempre en él, pueblo mío; ábrele tu corazón cuando estés ante él. ¡Dios es nuestro refugio!» (NVI). Expresarse en adoración es un acto de fe de que Dios nos escucha y nuestra respuesta a como se nos revela.
Esta expresión puede ser tanto física como verbal. Las respuestas físicas incluyen el canto, las palmas, postrarse de rodillas, inclinarse, dar gritos de júbilo y levantar las manos. Con nuestra expresión verbal en adoración comunicamos nuestro amor a Dios, la necesidad de su gracia, nuestra gratitud por su misericordia, o el temor ante su santidad. Estar sentados en silencio en la presencia de Dios es otra forma adecuada para expresar nuestra adoración a Dios.
Adoración no es nada más que una conversación en la que Dios nos habla y nosotros respondemos. Por supuesto, Dios nos habla en cualquier momento. Pero muchas veces, Dios nos da una nueva visión o impresión de su carácter, mientras le cantamos y lo más natural es que en ese momento le expresemos una respuesta a lo que nos revela. Es por eso que en los servicios mientras cantamos se debe dar espacio tanto para la revelación de la verdad objetiva y como para las respuestas subjetiva, para la exaltación y la expresión. El Salmo 95 es un ejemplo de este tipo de progresión.
Las formas de expresarse en adoración varían dependiendo de la cultura, las denominaciones, las iglesias e incluso de las personas. ¿Cómo sabemos que lo que estamos haciendo le agrada a Dios? Dejo algunas preguntas que seguramente nos ayudan a revelar la interrogante: ¿Mi expresión es producto de cómo se me ha revelado en las escrituras? ¿Esta expresión se apoya bíblicamente? ¿Ofrezco esta expresión de fe como exaltación a la obra de Cristo? Si la respuesta es «sí» a estas tres preguntas tendremos la seguridad que de expresión le da la gloria a Dios.
Cuando se exalta a Dios en verdad y los corazones están plenamente comprometidos expresarle devoción a él, se produce la tercera característica de la adoración bíblica: el encuentro. Y de eso hablaremos en la próxima entrega.
Otros artículos de la serie «Definiendo la adoración»
1: Definiendo la adoración ¿De qué se trata?2: La adoración como expresión
3: La adoración como un encuentro
4: Definiendo la adoración
4: La adoración en la vida cotidiana