Desde la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas de la República Argentina (ACIERA) hemos venido advirtiendo con mucha preocupación los daños irreversibles producidos en niños y adolescentes menores de edad a raíz de la aplicación de tratamientos de inhibición de la pubertad, hormonización y cirugías de reasignación genital. Por ello celebramos el decreto del Poder Ejecutivo Nacional (N° 2282/2025) del día de ayer (06/2025) que prohíbe dichos tratamientos hormonales y quirúrgicos en menores.
Madres y padres de hijos con disforia de género vienen haciendo pública la problemática de la que son víctimas, poniendo de manifiesto el desconocimiento médico de los efectos a largo plazo en la salud psíquica y física en la vida de sus hijos menores. El incontrastable informe de la Dra. Hilary Cass, una revisión científica independiente de los servicios de identidad de género para niños y jóvenes, hizo que se prohibiera el uso de los bloqueadores de pubertad en el Reino Unido. Medidas similares se tomaron en países como Suecia, Finlandia, Noruega y recientemente EEUU, que finalmente impidieron la transición de género hormonal, quirúrgica y legal en menores de edad.
La cuestión de la afectación de la integridad física, sexual, psíquica y moral de los niños y adolescentes es una constante preocupación de esta Alianza y de miles de iglesias e instituciones que de ella forman parte a lo largo y a lo ancho del país. Se basa en el respeto absoluto al interés superior del niño tal como lo marcan las Sagradas Escrituras y lo establecen nuestras leyes (ley 26.061).
Por otro lado, entendemos primordial tomar todas las medidas terapéuticas necesarias para contener y acompañar a los niños y adolescentes que estén atravesando situaciones de conflicto con su identidad sexual, con el amor y el respeto que merecen, apoyando a las familias con cuidado y compasión.
“Dejen a los niños venir a mí, porque de los tales es el reino de los cielos”. Jesús. Mateo 9:14. La Biblia.
