Y los evangélicos hondureños marcharon por la paz
Unos veinte mil evangélicos hondureños marcharon el pasado miércoles en Tegucigalpa clamando por la paz en su país y el cese de la violencia criminal.
Bajo el lema «Caminata por la paz Honduras oramos por ti«, hombres, mujeres y niños, en su mayoría con camisa blanca, portando mensajes bíblicos y banderas de Honduras en azul y blanco, recorrieron unos dos kilómetros a lo largo de un bulevar en el oriente de la capital hondureña hasta llegar a la Plaza La Democracia, en los predios de la Casa Presidencial.
«Honduras tierra de paz» y «Honduras venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados y yo os haré descansar», eran algunos de los mensajes que portaban los manifestantes a favor de la paz en el país centroamericano, de 8,5 millones de habitantes, que en 2012 registró 85,5 homicidios por cada 100.000 personas.
«Queremos llevar un mensaje de esperanza, queremos la paz, no queremos más violencia en el país», dijo a periodistas el pastor Oswaldo Canales, miembro de la Confraternidad Evangélica de Honduras, promotora de la marcha con la Alianza por la Paz y la Justicia.
Agregó que los hondureños no quieren que haya más sangre en las calles, sino la paz, y que «la iglesia está dispuesta a contribuir a que haya paz en la Nación».
Canales también pidió a los captores del periodista hondureño Aníbal Barrow, secuestrado el 24 de junio pasado en San Pedro Sula, norte, que lo liberen.
Barrow fue secuestrado por desconocidos armados cuando se conducía en su vehículo con una nuera, una nieta y su chófer en las cercanías del Estadio Olímpico Metropolitano.
Sus captores liberaron al chófer y familiares del periodista, a quien se llevaron hacia el extremo sur de San Pedro Sula, en una zona de cultivos de caña de azúcar, donde más tarde fue hallado su vehículo con una perforación de bala en el lado del pasajero delantero y manchas de sangre, según un informe de la Policía.
Los manifestantes de la marcha también entonaron cánticos de alabanza y oraron por la paz en Honduras, país que figura entre los que registran los índices de violencia más altos en el mundo, sin estar en guerra.
«Los estudiantes también queremos que en nuestro país haya paz, ya basta de tanta violencia en Honduras», dijo a periodistas un joven de un colegio evangélico que portaba un globo blanco.
«Este es un país bueno, nosotros estamos esperando que haya paz, justicia y equidad en todo», indicó otro pastor religioso, Rafael Antunez, quien además señaló que en la marcha esperaban la participación de unas 20.000 personas.