Evangélicos y católicos marchan unidos por el futuro de Honduras
Un llamado a la esperanza y la renovación espiritual

Un un gesto histórico y unánime entre evangélicos y católicos ha ocurrido en Honduras. Tanto la Conferencia Episcopal y la Confraternidad Evangélica de esa nación han convocado a una gran caminata nacional. Este viernes 18 de julio marcó un hito sin igual, los líderes de ambas instituciones ofrecieron una conferencia de prensa conjunta para hacer un llamado claro y firme en defensa de la democracia. Bajo el lema «Caminamos con fe y esperanza», se invita a la ciudadanía de Honduras a participar el próximo 16 de agosto en una movilización simultánea en varias ciudades de ese país.
La convocatoria, liderada por el pastor Gerardo Irías, presidente de la Confraternidad Evangélica, y Monseñor José Vicente Nácher Tatay, arzobispo de Tegucigalpa y representante de la Conferencia Episcopal, surge en un momento particularmente crítico, marcado por una profunda crisis institucional en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y una creciente incertidumbre política a pocos meses de los comicios generales en Honduras. Es este panorama lo que ha impulsado a las iglesias a ofrecer un bálsamo de fe y reconciliación, demostrando que la unidad es posible incluso en tiempos de división.
Un mensaje directo a la clase por dirigentes evangélicos y católicos
Señalan que el propósito de esta marcha es claro: expresar el anhelo de una nación de justicia, libertad, unidad, paz, desarrollo y respeto. Afirman que este es un mensaje que resuena en los corazones de muchos hondureños que claman por un cambio. Ambos líderes religiosos han sido enfáticos en señalar que esta movilización no tiene tintes políticos partidistas. Por ello, han hecho un respetuoso pero directo llamado a los candidatos a cargos públicos para que se abstengan de participar ese día, con el fin de evitar cualquier interpretación errónea y preservar la pureza del mensaje. Se busca garantizar que la voluntad de los ciudadanos, legítimamente expresada en las urnas, sea respetada el 30 de noviembre.
El pastor Gerardo Irías, con notable convicción, no dudó en señalar la falta de integridad y compromiso genuino de la clase política. «Estamos cansados de los políticos mentirosos y falsos», expresó, enfatizando que es tiempo de renovación y que la nación necesita líderes que actúen con sabiduría divina, entendimiento y discernimiento. Este clamor no es solo por un cambio de rostros, sino por una transformación profunda en la forma de gobernar, donde los principios de honestidad y servicio prevalezcan.
Monseñor Nácher, por su parte, subrayó la importancia de la oración por la familia nacional, reconociéndola como el pilar fundamental de la sociedad. Ambos líderes recordaron que, a pesar de las dificultades y la ausencia de vastos recursos materiales, cuentan con lo más valioso: la oración, la fe y la inquebrantable presencia de Dios. Esta fe compartida se convierte en el motor de una convocatoria que trasciende las diferencias doctrinales, uniendo a creyentes de diversas denominaciones en un propósito común por el bien de su amada tierra. La unión entre católicos y evangélicos es un testimonio vivo de que, cuando el bien común y la fe en Dios son la prioridad, se pueden derribar barreras y construir puentes de esperanza.
La caminata del 16 de agosto que unirá tanto a los evangélicos como los católicos de Honduras permitirá llevar únicamente la bandera nacional y citas bíblicas que reflejen el espíritu del evento, manteniendo un enfoque en la espiritualidad y el amor por a Honduras. Esta movilización es un paso crucial en un camino que pone la mirada en un futuro de integridad y verdadera democracia, demostrando que, con fe y esperanza, la nación puede alcanzar la transformación anhelada.

Respeto puede ser, pero comunión. Hay que tener mucho cuidado, las diferencias pueden sobrellevarse y tolerarse, pero rendir principios es cuestionable… Por otro lado… Nuestro Reino no es de éste mundo… Cuidado con el enfoque…