Hemos comenzado una serie a la que le he puesto el título de «El llamado del músico cristiano». Ahora revisaremos Romanos 12:1-8, el cual va dirigido a todos los cristianos, y si lo aplicaremos específicamente a los músicos que desean vivir en una manera que glorifique a Dios
«Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios» (Ro 12:1, NVI).
La primera cosa que podemos notar en este pasaje es que nuestro llamado está basado en el evangelio, que Pablo cataloga acá como «la misericordia de Dios». ¿Has notado el énfasis y la autoridad en su petición? Esto es algo que no deberíamos obviar. En el capìtulo previo, Pablo mencionaba la misericordia de Dios cuatro veces. Dedicó los primeros once capítulos del libro definiendo, exaltándo y magnificando la misericordia de Dios. Todo lo que hacemos en la vida, es una corriente que fluye al entendimiento y a la experiencia de la misericordia de Dios para con nosotros mediante el sacrificio substitutivo de Jesús en la cruz.
Esto significa que no existe tal cosa como «un músico que toca música cristiana». Nadie es primeramente músico y luego cristiano. Dios no nos dá esa opción.
Claro está, es totalmente legítimo para un cristiano que es músico, dependiendo del contexto en el cual ejercite sus dones, no ejecutar música compuesta por cristianos o no ejecutar música que directamente hace referencia a la salvación obtenida en la cruz. Sin embargo no podemos nunca decir que nuestros talentos no estén sometidos a nuestro cristianismo. El hacer esto sería negar que en realidad somos cristianos.
Steve Turner en su libro «Imagine: A Vision for Christians in the Arts» (Imaginación: Una visión para los cristianos en las artes» expone:
«Algunas veces he oido a cristianos que se justifican mencionando su flaqueza en el arte porque dicen: <<Soy un pecador como cualquier otro>>. Esto en realidad no es cierto. Un cristiano no es un pecador como cualquier otro, dado a que los cristianos son pecadores perdonados y esto altera totalmente la relación que existe con el pecado»
La cruz lo cambia todo. El evangelio redefine nuestras prioridades, redirecciona nuestras pasiones y cambia nuestra perspectiva al mundo. Ahora vivimos nuestras vidas por completo en función de la misericordia de Dios.
¿Te habías apercatado de esto? ¿Cada mañana te levantas agradecido porque puedes respirar, pensar, ver colores, percibir distintos aroma y disginguir diversos sonidos?Do you wake up each day, grateful for the fact that you can breathe, that you can think, that you can see color, that you can smell different scents, distinguish different sounds? ¿Te has dado cuenta que eres mejor y has avanzado muchísimo sólo por el hecho que has sido perdonado y has sido redimido por la preciosa sangre del Hijo de Dios?
Recientemente, cuando un cajero en un supermercado me preguntó como estaba, le respondí «Mejor que lo que en realidad merezco» (una respuesta que aprendí de mi pastor C.J. Mahaney.) Él se sorpendió y me solicitó una explicación. Le dije que en el hecho que mis pecados habían sido perdonados eran más importantes que cualquier problema o dificultad por la que pudiese atravesar. El no estaba muy de acuerdo pero en realidad estaba errado.
Es posible que haya sido músico muchísimo antes que ser cristiano, pero el hecho es que Dios me había escojido muchísimo antes a mi decisión de convertirme en músico.
Como músicos, nuestra más imperiosa necesidad no es estudiar música sino más bien el evangelio, porque la cruz debe motivarnos, definirnos y darle la dirección a la forma como ejecutamos nuestra música.
Cada músico que es cristiano debería estar en la capacidad de contestar afirmativamente a la pregunta «¿Amas el evangelio más que la música? Pues no existe otra forma para asegurarnos que nuestro llamado está cimentado en la Cruz de Jesucristo.
Para Su Gloria
Bob Kauflin
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