El canto congregacional ¿Hacia donde vamos?
Si has estado leyéndonos, hemos estado haciendo un breve repaso de los primeros dos mil años del canto congregacional crisitano. Debo admitir que debido a la gran cantidad de material no me ha sido posible exponer todo debido a las limitaciones que tengo en tiempo y espacio. Sólo nos hemos limitado a enfocarnos en lo que resalta del mundo protestante occidental, dejando a un lado lamentablemente otros desarrolos muy significativo entre los que se incluyen los negros espirituales y las tradiciones litúrgicas e himología de otras culturas y paises. Es posible que podamos hacerlo en otra serie. Sin embargo quiero reslatar unas pocas lecciones que debemos aprender a pesar de que lo que expongo será en forma muy limitada.
Primeramente, nada puede hacer que la Iglesia deje de cantar. Ni las leyes, ni la opinión pública ni siquiera una mal entendida tradición puede pues el canto congregación es algo común entre los redimidos de Dios. Sea a cappela o con intrumentos, con un ritmo lento y reverente o con tempo y de celebración, sea acompañado por una banda contemporánea o con un órgano de tubos, el Pueblo de Dios siempre cantará.
En segundo lugar, el cambio de estilo es una realidad de la vida. A pesar de lo mucho que podamos hacer para mantener nuestras tradiciones y nuestras preferencias, el Espíritu de Dios continuamente inspira formas frescas y relevantes para comunicar las verdades que no cambian a las culturas contemporáneas. (¡Si no fuese así, nuestros cantos de adoración probablemente sonarían como una música folklórica árabe tocada a al estilo moderno!) Es más, pareciese que cada vez que una verdad espiritual o un énfasis trae un despertar espiritual genuino, surgen nuevos cantos para proclamar el mensaje de renovación y que llevan al pueblo de Dios a unirse en adoración.
En tercer lugar, hemos visto como los compositores tienen un papel fundamental darle forma a la historia de la Iglesia. Juan Calvino junto a otros enseño que la Iglesia debe fomentar el canto de la Palabra de Dios, especialmente los salmos. Isaac Watts abrió la puerta a las expresiones personales de la fe. Los cantos de Charles Wesley habilitaron a la iglesia a escalar nuevas alturas de libertad y pasión. Dado a que ellos combinaron la doctrina y el sonido con una devoción dedicada a Dios, la influencia en la Iglesia de estos vehículos musicales ha continuado a pesar que ya sus compositores nos dejaron desde hace mucho tiempo. ! Que ánimo impulsa este hecho a los compositores actuale !
La mayoriía de los cantos compuestos ser usados en la adoración congregacional, proveen una breve inspiracion para una generación. Sólo pocos de estos cantos permaneceran una vez pasado el éxamen del tiempo, brillando por décadas o siglos. A la luz de esta verdad, aquellos que nos gusta la música actual que nos ofrece grandes bendiciones, debemos tener mucha cautela. Una pasión por la música actual, contemporánea y relevante, puede provocar el abandono del uso de la rica compilación de de verdades de gran poder espiritual que está a nuestra disposición en nuestra herencia de música cristiana probada por el tiempo.
«A pesar de que jamás podemos decir que la música popular está fuera de lugar en la expresión cristiana, debemos oponernos cuando la superficialidad sea la que reine. El evangelio tiene su peso y es profundo. El punto está en ¿Cómo puede el movimiento de adoración actual apuntar más allá de la superficialidad y tener un compromiso con un contenido profundo?» (Harold Best, «Music Through the Eyes of Faith,» p. 175)
Por otro lado, los que hechan mano del repertorio del pasado, están perdiendo muchas oportunidades para cantar cánticos que puden inspirar la adoración con frescor y un vigor inigualable. No se puede negar que los grande himnos de la Iglesia son de valor incalculable, pero ellos no representan todo lo que Dios ha hecho ni hará en el área de la composición musical para la adoración congregacional. Ninguna cultura decir que lo represente en su totalidad lo que Dios hace y hará, sea una cultura del pasado o del presente, sea una cultura sofisticada o simplemente sencilla.
Damos gracias a Dios por los compositores de los himnos del pasado. Oramos para que nuestra apreciación hacia ellos sea de una inspiración con gran pasión y a la vez balanceada
Para Su Gloria
Bob
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