EEUUAA: Deportaciones afectan la asistencia en iglesias latinas

El impacto de las deportaciones en Estados Unidos está afectando directamente la vida de las iglesias latinas. Líderes religiosos advierten que estas políticas migratorias están generando una disminución significativa en la asistencia a los servicios, amenazando la cohesión y el crecimiento espiritual de la comunidad cristiana.
El reverendo Samuel Rodríguez, pastor de la New Season Church en Sacramento y asesor evangélico latino durante el mandato anterior de Donald Trump, ha señalado que algunas congregaciones de la National Hispanic Christian Leadership Conference (NHCLC) han visto descender su asistencia entre un 25 y un 35 por ciento debido a las redadas migratorias. Esta disminución se ha observado especialmente en iglesias de Washington, Chicago y Los Ángeles, donde los líderes locales reportan una caída significativa en el número de fieles.
Deportaciones y la iglesia: un desafío urgente
Antes de la aplicación más estricta de las políticas migratorias durante el segundo mandato de Trump, las iglesias eran espacios protegidos frente a las intervenciones de inmigración. Ahora, la amenaza de deportaciones ha alterado esta realidad, afectando no solo la participación en los servicios, sino también la estabilidad emocional y espiritual de muchas familias.
Rodríguez ha instado a los cristianos latinos a apoyar reformas migratorias bipartidistas conocidas como la Ley Dignidad, la cual busca ofrecer soluciones dignas a inmigrantes indocumentados, proteger el empleo local y asegurar la competitividad de Estados Unidos. Pese a esto, el pastor mantiene su apoyo a las deportaciones de criminales, diferenciando entre quienes representan un peligro y quienes buscan vivir en paz mientras contribuyen a la sociedad.
El efecto de las deportaciones va más allá de la política y la economía; repercute en la vida espiritual de millones de creyentes. Mantener la asistencia a la iglesia y proteger los espacios de encuentro para la oración y la enseñanza bíblica se ha convertido en una prioridad para líderes y fieles.
El llamado de Rodríguez resuena entre pastores y laicos: defender la dignidad de los inmigrantes y garantizar que las iglesias sigan siendo lugares seguros donde la comunidad pueda fortalecerse espiritualmente, orar y crecer en la fe sin temor a la separación familiar o a la pérdida de sus derechos básicos.
