El martes 2 de diciembre, un avión humanitario de La Bolsa del Samaritano, organización cristiana internacional presidida por Franklin Graham, fue víctima de un intento de secuestro mientras se dirigía a entregar suministros médicos a una unidad móvil en Maiwut, Sudán del Sur.
La avioneta Caravan despegó desde Juba con un piloto y un miembro del personal a bordo cuando un hombre armado, identificado posteriormente como Yasir Mohammed Yusuf, se ocultó en la cabina trasera y trató de tomar el control del avión.
El piloto del avión, entrenado y firme en su propósito de servicio, respondió con calma y proclamó al agresor que Dios lo ama. Según Franklin Graham, esta declaración de fe y amor fue clave para evitar un desenlace trágico, demostrando que la confianza en Dios puede obrar incluso en situaciones extremas.
Avión humanitario: herramienta de servicio y esperanza
Tras este momento de tensión, el piloto logró aterrizar el avión de manera segura en Wau, donde el agresor fue detenido por las autoridades locales sin que nadie resultara herido. La Bolsa del Samaritano agradeció la protección recibida y destacó que la valentía y fe del piloto fueron determinantes para la resolución pacífica.
Esta organización cristiana se dedica, además de su labor médica y humanitaria, a llevar a niños de zonas pobres del mundo una caja con juguetes y otros materiales durante la temporada navideña, como demostración concreta del amor de Dios. Cada caja representa un mensaje de esperanza, cuidado y fe activa, extendiendo el mensaje de Jesucristo a quienes más lo necesitan.
El avión y sus tripulantes, como parte de la misión de La Bolsa del Samaritano, se convierten en instrumentos de servicio y testimonio cristiano, mostrando que incluso en medio de peligros y amenazas, es posible actuar con fe, valentía y compasión. Franklin Graham subraya que cada acción de la organización refleja el compromiso de servir a Dios y a la humanidad.
