Una tablilla de arcilla de la antigua Mesopotamia (en lo que es hoy Irak), de una antigüedad de 3.700 años, apunta a que se pueden revelar nuevos detalles sobre el origen del Arca de Noé.
La tablilla presentada en el Museo Británico la semana pasada proporciona detalles sobre la construcción de un arca gigante que albergó animales de “dos en dos”. El hallazgo plantea un tipo de embarcación distinta a la que nos imaginamos ya que se describe no como un arca larga con proa en punta sino en forma redonda. A este tipo de embarcación se le conoce como «coracle», y básicamente es una barca de armazón de mimbre y cubierta de cuero.
Irving Finkel, ha sido el descubridor de la tablilla. Finkel conoció de la existencia de la tablilla hace algunos años cuando un hombre se la ofrecio un tanto dañada. El ofertante le comunicó que padre la había adquirido en el Medio Oriente después de la Segunda Guerra Mundial. La tablilla es de color café claro, tiene un tamaño de un teléfono móvil y está cubierta por escritura cuneiforme de la antigua Mesopotamia.
Trás el hallazgo Finkel comenzó un estudio y ha escrito un libro titulado: “The Ark Before Noah» (El Arca antes de Noé).
Esta presentación ha generado críticas pues miembros de la comunidad científica critican que en su momento no compartió el hallazgo y su presentación es un evento sensacionalista para promocionar su libro. Sin embargo otros científicos han sido cautivados. Tal es el caso de David Owen, profesor de Estudios de Oriente Medio en la Universidad de Cornell, y Elizabeth Stone, especialista en antigüedades de Mesopotamia, que trabaja en la Universidad de Stony Brook, Nueva York.
Tanto Owen como Stone celebraron el descubrimiento a pesar que reconocen que hay algunos puntos controversiales. Además sostienen que el hecho que el arca sea redonda tiene sentido, ya que hay muchos registros de buques antiguos con este formato en la antigua Mesopotamia.
Irvin Finkel indica que la tablilla registra que una deidad ordenó la construcción de una embarcación gigante “redonda, como una enorme rosquilla”, esta tendría unos 75 metros de diámetro y paredes de dos metros de altura, hecha totalmente de madera, amarrada por cuerdas y recubierta con betún.
El científico conoce que el descubrimiento es controversial pues muchos estudiosos creen que la historia bíblica es única. Sin embargo argumenta que la arqueología del siglo 19 ha puesto de manifiesto relatos babilónicos de registran el evento de un diluvio. Es por esto que Finkel se ha osado a sugerir que probablemente la historia del Noé en la Biblia fue transmitida a los judíos en el exilio en Babilonia en el siglo sexto antes de Cristo ya que los métodos de datación confirman que la tablilla es anterior a la época en que vivió Noé.