Las fotos utilizadas fueron compradas a una agencia de publicidad y retratan a los hijos de un cristiano perteneciente a la iglesia anglicana.
Y es que Dios ha actuado como popularmente se dice con un «tiro por la culata». Los ateos británicos querían representar la alegría vital de dos niños libres
de las ataduras de la religión de sus padres, pero la mano de Dios se movió de tal manera que los ateos que tomaron la decision de escojer precisamente a una pareja de niños que están siendo educados por los valores cristianos. El padre de los mismos ha decalardo que si se muestran tan alegres es precisamente por la fe que ha sido inculcada en ellos tanto en la casa como en la iglesia.
«Por favor no me etiquetes», reza el lema de la nueva campaña, a lo que acompaña la frase: «Déjame crecer y escoger por mí mismo». Esta ha sido la segunda
gran oleada de publicidad exterior del movimiento ateo del Reino Unido, articulado por la Asociación Humanista Británica y dirigido por el divulgador científico Richard Dawkins.
Como se recordará a comienzos de este año los ateos británica comenzaron una estrategia publicitaria en autobuses con el mensaje «Probablemente no hay Dios.
Deja de preocuparte y disfruta la vida». Esta campaña generó una polémica a nivel mundial que se propagó como un virus en varios paises con la respectiva réplica por parte de los creyentes.
Olli Mason, de 7 años, y su hermana Charlotte, de 8, aparecen en vallas publicitarias de Londres, Edimburgo, Cardiff y Belfast. Son hijos de Brad Mason, anglicano evangélico conocido en círculos religiosos por haber sido el batería del músico cristiano Noel Richards. Mason es diseñador gráfico y fotógrafo y con el fin de ganar algo de dinero extra para su familia facilita fotografías a agencias que luego venden esas imágenes a empresas de publicidad o periódicos. Entre otras colecciones gráficas, suministró instantáneas con sus hijos. Éstas fueron las que finalmente eligió la Asociación Humanista Británica porque en ellas ambos hermanos aparecen especialmente alegres y felices.
«Obviamente hay algo en sus caras que es diferente», declaró a «The Times» su padre, «por eso fueron escogidas, lo que es irónico y al mismo tiempo un cumplido. Muestra que hemos educado a nuestros hijos de un modo que les hace felices».
Los promotores de la campaña han salido al paso de su error indicando que a pesar que que los niños vivan en un ambiente cristianos y hayan sido bautizados (los anglicanos bautizan a los niños) no desactiva su mensaje. Alegan que lo que éste dice es que «a un niño no se le debe etiquetar por su religión ni suponer que necesariamente tiene los mismos planteamientos vitales que sus padres. No se deba hablar de niño católico, protestante, musulmán, anarquista, marxista, ateo, etc, como clasificándole».
Pero estas declaraciones, que parecen enaltecer la libertad religiosa, se ven contradecidas por la segunda parte del lema de la campaña, que reclama no enseñar ningún tipo de religión a los hijos.
Así lo advierte Graham Coyle, presidente de la Fundación de Escuelas Cristianas. «Parece que están diciendo que no quieren que los padres pasen a sus hijos sus creencias acerca de lo que es bueno o malo, del respeto a los demás y vivir en armonía. Si eso es lo que están diciendo, están pidiendo a los padres que no atiendan sus responsabilidades. Es un error decir que se etiqueta a los hijos por el hecho de transmitirles nuestros valores fundamentales». Para Coyle, si un ateo dice a su hijo que no cree en Dios «le está influyendo y transmitiéndo esa idea».
Anécdotas aparte, el debate de fondo sobre si un padre debe o no trasladar a sus hijos una hipótesis verdadera de la vida, contarles el sentido de su existencia, ya se ha reabierto en Gran Bretaña. ¿Puede un padre alimentar y cuidar a sus hijos por su bien y, sin embargo, no debe «influirles» en la razón de su vida? ¿Etiquetamos a nuestros hijos cuando les enseñamos la existencia de Dios? ¿son menos «libres» cuando les educamos a buscar el sentido de todo, de su vida, del mundo, de la realidad? Efectivamente el encuentro con el cristianismo tiene que ser un camino único y personalde cada uno. Hasta que uno no lo «hace suyo», ya puede un padre, una madre, un profesor, un sacerdote o un pastor empecinarse en trasladárselo con todo su ahínco y buenas intenciones… pero hasta que no sale al encuentro de cada uno, no es del todo verdadero. Pero no es menos cierto, que los padres dejaríamos de ser padres si ante nuestros hijos no les habláramos de Dios o de Cristo, si tal Presencia no fuera real y concreta en nuestra vida. Es como si les diéramos la vida, su existencia y, sin embargo, no les contáramos para qué sirve, la razón de su vida.
El debate es, además de muy actual, apasionante, y nos debe lanzar a todos a preguntarnos si la hipótesis cristiana es tan verdadera y real para mi vida para enseñársela a mis hijos desde su infancia o se trata de una serie de ideas, una, ideología, una doctrina, que quizás, deberían aprender un vez que se hagan mayores y se inscriban en la universidad.
Fuente: Agencias