La predicación callejera se afianza: Iglesia Pentecostal desafía prohibición en Londres
Un hito para la libertad de expresión de la fe en la capital británica
El Centro Kingsborough de Uxbridge celebra una victoria histórica que reafirma la libertad de expresión religiosa en espacios públicos. Una iglesia pentecostal ha logrado la revocación de una ordenanza local que limitaba drásticamente la predicación callejera, la distribución de material religioso y la exhibición de mensajes cristianos. Este triunfo subraya la importancia de la defensa de los derechos fundamentales ante regulaciones que atentan contra la libertad de culto y la difusión pacífica del mensaje cristiano. La decisión sienta un precedente positivo para futuras acciones.
En 2023, la comunidad del Centro Kingsborough se enfrentó a la Orden de Protección de Espacios Públicos (PSPO) del distrito de Hillingdon, que prohibía el uso de altavoces, la entrega de literatura y la exhibición de versículos bíblicos en el centro de Uxbridge. La medida, impuesta sin consulta previa, impactó directamente en las actividades evangelísticas de la iglesia, llevando a confrontaciones con la policía y advertencias de multas. Mensajes tan sencillos como «Jesucristo es Señor de Señores y Rey de Reyes» fueron considerados una infracción, generando un clima de incertidumbre y temor entre los fieles que practicaban la predicación callejera.
El Impacto de la predicación callejera en la sociedad londinense
El pastor Tunde Balogun del Centro Kingsborough expresó su indignación por el trato «criminal» recibido por ejercer su fe de forma pública y pacífica. Las restricciones impuestas no solo afectaron la predicación callejera, sino que también limitaron la valiosa labor social y comunitaria que la iglesia lleva a cabo en la zona. La defensa legal, apoyada por Christian Concern y el Christian Legal Centre (CLC), argumentó que la ordenanza vulneraba los artículos 9, 10 y 11 del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que protegen la libertad religiosa, de expresión y de reunión. Se destacó la ausencia de evidencia que justificara tales limitaciones, recalcando que la evangelización cristiana no puede ser clasificada como conducta antisocial.
El proceso judicial avanzó hasta la Corte Suprema del Reino Unido en agosto de 2024. Sin embargo, en un giro significativo, el ayuntamiento de Hillingdon decidió dar marcha atrás en diciembre del mismo año, tras un intercambio de correspondencia con los abogados de la iglesia. El concejo reconoció que las excepciones legales preexistentes protegían la distribución de material religioso y benéfico, y que estas acciones no podían ser prohibidas bajo la Ley de Protección Ambiental de 1990. Este reconocimiento es crucial para la comunidad de fe y para todos aquellos que ejercen la predicación callejera como parte de su vida espiritual.
El ayuntamiento se comprometió a revisar y modificar la PSPO, eliminando específicamente las restricciones relacionadas con la amplificación de sonido y la visibilidad de contenidos religiosos. Además, se aclaró que la intención original de la orden no era señalar a grupos religiosos, sino regular el uso general del espacio público. La nueva versión de la orden, efectiva desde el 1 de mayo de 2025, eliminó las cláusulas que habían desencadenado el conflicto legal, consolidando la victoria para la libertad de predicación callejera.
Andrea Williams, directora ejecutiva del Christian Legal Centre, enfatizó la importancia de esta victoria, advirtiendo que, de no haberse opuesto, se habría sentado un precedente peligroso para la evangelización. Toby Young, secretario general de Free Speech Union, señaló que el simple inicio de un proceso judicial fue suficiente para que las autoridades reconsideraran su postura, subrayando una valiosa lección para otros gobiernos locales. Este caso resalta el poder de la acción legal y la perseverancia en la defensa de los derechos religiosos. Como colofón a esta importante victoria, el ayuntamiento de Hillingdon asumió los costos legales del Centro Kingsborough, estimados en aproximadamente 20.000 libras esterlinas. La comunidad cristiana celebra este importante paso adelante en la defensa de la predicación callejera y la libertad de fe.
