Grace Community Church enfrenta una nueva demanda que acusa a sus líderes de haber encubierto abusos sexuales cometidos presuntamente por un miembro de la congregación contra una menor. Según la denuncia, la iglesia fue advertida en múltiples ocasiones sobre la situación, pero en lugar de proteger a la víctima, habría ofrecido respaldo al acusado, aconsejando a la madre que se mantuviera bajo su autoridad y permitiendo circunstancias que, según la demanda, facilitaron nuevos abusos.
Grace Community Chuch con un pasado oscuro
El caso se suma a un antecedente que marcó profundamente la credibilidad de la congregación: años atrás, John MacArthur —entonces líder destacado de la iglesia— excomulgó públicamente a una mujer que había denunciado a su esposo por abuso infantil. La iglesia la acusó de desobediencia por buscar protección fuera del hogar, incluso cuando ella alegaba estar salvaguardando a sus hijos. Tiempo después, su marido fue declarado culpable y condenado, confirmando la veracidad de las denuncias que la iglesia había desestimado. Ese episodio sigue siendo uno de los ejemplos más citados de cómo la congregación manejó casos de abuso, generando dolor y confusión en quienes esperaban apoyo pastoral.
Ahora, con esta nueva demanda, las acusaciones describen un patrón similar: presión sobre la víctima para someterse a decisiones internas, ausencia de denuncia a las autoridades, y una defensa institucional que habría priorizado la imagen de la iglesia antes que la protección de los vulnerables. Los documentos legales mencionan complicidad, negligencia y un trato pastoral que, según la denunciante, permitió que el agresor continuara en una posición de cercanía con la menor.
La situación ha reavivado el debate sobre cómo las iglesias deben responder ante casos de abuso: con transparencia, rendición de cuentas y obediencia a la ley civil, reconociendo que la justicia también es parte del testimonio cristiano. Este nuevo escándalo en Grace Community Church obliga a revisar si los mecanismos internos de la congregación han protegido adecuadamente a los más indefensos, y si existe disposición real a corregir errores que han causado profundo daño en nombre de una autoridad espiritual mal entendida.
Mientras la demanda avanza en los tribunales, muchas voces dentro del mundo evangélico insisten en que no basta con proclamar la verdad bíblica desde el púlpito; es necesario vivirla con integridad en cada decisión pastoral, especialmente cuando la vida y seguridad de los niños están en juego.»
La noticia en oración
Únete a nosotros en esta breve oración:
Señor, te pedimos que tu consuelo y tu fortaleza alcancen hoy a todas las víctimas de abuso. Sana sus corazones heridos, restaura su dignidad y rodéalas de personas que les acompañen con amor, justicia y verdad. Te rogamos que las instituciones cristianas actúen con integridad, protegiendo siempre a los vulnerables y defendiendo a quienes han sido silenciados. Danos valor para denunciar el mal, humildad para corregir errores y sabiduría para caminar en obediencia a tu Palabra. Que tu luz guíe a tu iglesia para ser un refugio seguro y un testimonio fiel de Cristo. Amén.
