Ex-chofer de Yasser Arafat es un cristiano renacido
Taysir (Tass) Saada fue chofer personal de Yasser Arafat y ex-miembro del grupo palestino Fatah ahora es un cristiano ferviente, reconciliado con los judíos y testigo de las miles de conversiones de musulmanes hoy.
El plan de paz de Barack Obama para Medio Oriente cuenta con que el grupo palestino Fatah se convierta en socio de Israel. Eso es más fácil decirlo que hacerlo. Los líderes de Fatah han reafirmado su compromiso con lo que llaman “la resistencia armada”. Ellos también se niegan a reconocer a Israel como un estado judío.
Todo esto suena muy familiar para Tass Saada, un palestino que se unió al Fatah cuando tenía sólo 17 años. Según él dijo a CBN News, se unió al movimiento Fatah, porque Arafat era su héroe.
Saada se unió al líder de Fatah tras la Guerra de los Seis Días en 1967. “Solía sentarme frente a Arafat y me quedaba mirándolo. El era un líder muy carismático”, comenta.
El palestino creía que los judíos habían robado su tierra y estaba determinado a ayudar a destruírlos. “Nuestro entrenamiento era especializado en tácticas intensivas. Nos llamábamos guerrilleros ó comandos”.
Saada se convirtió en un francotirador cuyo sobrenombre era “carnicero”. Según comenta su trabajo era disparar al comandante de la unidad enemiga. Además de este sangriento trabajo, Saada también intentó asesinar al príncipe de Jordania.
Pero su trabajo más prestigioso fue ser chofer personal de Yasser Arafat. “Todos sabían que yo era un conductor temerario, así que cuando era necesario trasladar a Arafat de un lugar a otro en Jordania rápidamente, me llamaban para hacerlo”.
Eventualmente Saada viajó a Estados Unidos para estudiar. Entonces ya se había alejado de la ‘Yihad’ ó Guerra Santa, pero aún odiaba a los judíos. Se convirtió en el exitoso gerente de un restaurant, se casó con una mujer americana y tuvo dos hijos. Pero era miserable y llevaba un estilo de vida alocado. Hasta que un amigo le habló de Jesús.
“El colocó una Biblia en medio de los dos y yo me asusté y me alejé de la Biblia. El dijo, ‘¿por qué te alejas así?’, yo dije, ‘no puedo tocar eso’. El dijo, ‘¿por qué, es sólo un pedazo de papel’, y yo: ‘no, tiene escrito el nombre de Dios y las palabras de Dios’. El dijo, ‘entonces ¿crees que esta es la palabra de Dios?’, yo dije ‘sí’. No sé porque dije sí pues los musulmanes no creen que la Biblia sea válida como palabra de Dios”.
En ese punto Saada dice perder la conciencia momentáneamente. “Lo siguiente que recuerdo es estar de rodillas con mis manos alzadas, invitando a Jesús. El resto es historia”.
Luego su amigo lo puso en otra encrucijada. “El dijo, ‘para tener la paz que yo tengo, debes amar a los judíos’. Yo me quedé frío. Él sabía cuánto odiaba yo a los judíos”.
Pero Saada dejó pasar ese odio y comenzó a ver a Israel de una forma diferente. Su libro, “Un antiguo hombre de Arafat” narra su transformación.
“No creo en la solución de los dos estados porque creo que esa tierra pertenece a los judíos. No nos pertenece a nosotros. Pero, por otro lado, creo que tenemos el derecho de vivir en esa tierra”.
Ahora Saada pasa el tiempo en la Franja Occidental y en Gaza, ayudando a proveer necesidades de los palestinos a través de su organización caritativa, Semillas de Esperanza.
El dice que los musulmanes se están volviendo a Cristo en grandes números. “Millones de musulmanes en todo el mundo, especialmente en Arabia Saudita, en Qatar, en todas las 12 naciones de Ismael, hay muchas conversiones”.
Por eso Saada confía que la paz algún día vendrá a la región, una paz que los políticos nunca podrán ofrecer.
Fuente: Mundo Cristiano