Pablo de Tarso, el apóstol de la fe, llegó a ser uno de los apóstoles más eficientes en la propagación del Evangelio pudo haber residido duante algunos meses o quizá un año en Tarragona antes de volver a Roma, donde fue decapitado por Nerón hacia el año 67.
31 teólogos e historiadores de Europa y América han participado en un congreso bajo el lema ´Pablo, Fructuoso y el Cristianismo Primitivo´ en el que concluyeron que existen pruebas históricas suficientes para afirmar que el apóstol Pablo visitó la antigua Tarraco.
La voluntad de Pablo de realizar un viaje a Hispania (España y Portugal), el confín occidental de la civilización romana, para poder extender la labor evangelística que había desplegado en oriente, de donde era originario, está fuera de toda duda. La disputa teológica estriba en saber si llegó a efectuarlo.
La primera carta de Climent (Clemente), que es la fuente más antigua sobre un viaje de Pablo "al límite de occidente", es decir, a Hispania, afirma de forma concreta que el apóstol Pablo fue exiliado. Otras fuentes de los siglos I y II (la segunda carta de Timoteo, las Actas de Pedro y el Canon de Muratorio), aunque también hablan de una visita a España, "se limitan a sugerir o a afirmar directamente que Pablo visitó Hispania" sin aclarar si fue o no como exiliado.
La misión del discípulo de Jesús se quedó enana porque Pablo llegó a la ciudad en unas circunstancias muy adversas: como exiliado político, después de haber permanecido en arresto domiciliario durante dos años en Roma, empobrecido y sin apenas colaboradores que le auxiliasen en su tarea. Su estancia no se habría prolongado más allá de un año, pero dos siglos después de su muerte "existía en Tarragona una comunidad cristiana plenamente consolidada". ¿Tuvo el discípulo de Jesús algo o mucho que ver con ello? Las palabras pronunciadas poco antes de morir por el obispo Fructuoso, que murió en una hoguera levantada en el auditorio romano de Tarragona hace 1.750 años, y que fueron transcritas por un soldado, así lo dan a entender. Hay expresiones de aquel mártir que son un calco del pensamiento del apóstol.
Los últimos cuatro años de la vida de Pablo de Tarso, al que la historia del arte ha inmortalizado cayéndose de un caballo camino de Damasco para ilustrar su conversión, siguen siendo impenetrables, y ello dificulta seguirle los pasos. Hay evidencias de que fue sometido a un juicio y que se le privó de libertad de movimientos. Pero también las hay de que volvió a salir a predicar antes de regresar a Roma y ser sentenciado definitivamente.
Este congreso, celebrado en la misma Tarragona y que concluyó el pasado sábado 21 de junio, expertos de Francia, Alemania, Italia, Suiza, Inglaterra, Estados Unidos, Rumanía y España han analizado los textos históricos disponibles para intentar averiguar si el apóstol Pablo estuvo o no en Tarragona.