En Israel hallan un sudario de la época de Cristo
Este fue hallado en una antigua tumba familiar en la Ciudad Vieja de Jerusalén. Específicamente se encontró en una tumba del cementerio conocido como Akeldama («campo de sangre», en arameo), cerca de donde la tradición sitúa el suicidio de Judas Iscariote tras traicionar a Jesús.
En un estudio de ADN realizado a los restos que increíblemente incluyen cabellos del muerto, confirman que pertenece a una persona que sufría lepra. Esta viene a ser la evidencia actual más antigua de un caso de lepra en la zona. Sin embargo, según el examen, el hombre murió de tuberculosis.
Los investigadores, de las universidades Hebrea de Jerusalén, Lakehead de Canadá, New Haven de EE.UU. y University College de Londres, creen que el cadáver corresponde a un sacerdote o miembro de la aristocracia porque estaba enterrado junto al de Annás (Gran Sacerdote en el Templo Sagrado, entre los años 6-15 de nuestra era), suegro de Caifás, el alto sacerdote que traicionó a Jesús ante los romanos. El Profesor Gibson, uno de los participantes en el estudio del lugar, analizó la tumba y afirmó que desde el lugar en el que se encuentra, se veía drectamente el Templo de Jerusalén.
El cadáver no recibió una segunda sepultura, como era costumbre en la época, cuando un año después de la muerte se quitaban los huesos al cuerpo y se metían en un osario. El profesor Mark Spigelman, de la Universidad Hebrea, explica que el motivo fue porque el hombre padecía lepra y tuberculosis, dos enfermedades halladas en el ADN de sus huesos y que aparentemente motivaron además que el acceso al nicho fuese sellado con argamasa.
El nicho permaneció sellado durante siglos hasta que en el año 2000 la cripta fue abierta por saqueadores de antigüedades, tras los cuales llegaron los arqueólogos y expertos que lograron controlar el lugar y estudiarlo en forma ordenada.
La lepra, como el resto de enfermedades que desfiguran, ha sido históricamente sinónimo de ostracismo en el seno de la comunidad, pero los investigadores creen que en este caso el hombre tenía una notable vida social en Jerusalén, dada la ubicación de su tumba, el tipo de telas empleadas para embalsamarlo y la limpieza de su pelo.
El sudario es el primero descubierto de la época de Jesús en Jerusalén, pero difiere mucho de la famosa Sábana Santa de Turín, que muchos consideran el paño en el que fue envuelto Jesús tras su muerte y que tiene la imagen del cuerpo de Cristo, aunque otros investigadores creen que es una falsificación y lo datan en la Edad Media. La nueva tela es muy sencilla, muy diferente a la compleja trama con la que se elaboró la Sábana Santa, lo que lleva a los autores del estudio a concluir que esta última no data de aquellos años. Además, está dividida en dos piezas, una para el cuerpo y otra para la cabeza, mientras la Sábana Santa es de una sola pieza.
Probablemente haya sido ésta la razón por la cual todos los llevados a la tumba familiar estaban en osarios (en los que se colocaba los restos de los huesos, un año después de la sepultura), mientras que el que padecía de lepra fue el único dejado en el sudario original. En otras palabras: contrariamente a lo acostumbrado en aquel entonces, no se abrió su tumba un año después de muerto para colocar los restos óseos en un osario, sino que se dejó al leproso en la mortaja con la que había sido envuelto al morir. Además, la entrada al hueco en el que se hallaba el hombre del sudario, estaba totalmente sellada con cintas especiales que impedían el paso, lo cual confirma lo conocido de las prácticas en aquellos tiempos, por las que se aislaba considerablemente a quienes padecían de enfermedades que afectaban seriamente su aspecto y los desfiguraba.
Fuente: Agencias