En Hungría se impone una ley religiosa polémica
La nueva ley reconoce a la Iglesia Católica, pues en ese país sus fieles constituyen más de la mitad de la población, pero deja «fuera del juego», aunque con posibilidad de volver a ser reconocidos, comunidades religiosas tradicionales en ese país como los musulmanes y la Iglesia Metodista.
Es por ello que un destacado grupo de intelectuales, ex disidentes políticos de la Hungría comunista, han lanzado un llamado a las instituciones europeas, pidiendo respeto a la libertad religiosa.
Los obispos católicos han evaluado esta ley el 6 y el 7 de septiembre. Según el arzobispo Alberto Bottari de Castello, nuncio apostólico en ese país «es una ley que comúnmente se ha denominado de libertad religiosa, pero en realidad sólo se refiere a la condición jurídica de las comunidades religiosas».
En la práctica, el Estado se reserva la definición de su situación jurídica, por lo que la Iglesia católica lo ve con una actitud de «atención y respeto», dijo Bottari.
El objetivo de esta ley es intentar detener la notable proliferación de grupos que han surgido en los últimos veinte años – desde el fin del régimen totalitario – que se han beneficiado de la ayuda económica pública, haciéndose pasar por las comunidades religiosas .
Los excluidos podrán solicitar un nuevo registro, con la aprobación de dos tercios de los miembros del Parlamento y el cumplimiento de varias condiciones, como explica el contenido de su fe, para ilustrar la estructura organizativa y demostrar la presencia en Hungría durante al menos veinte años.
El Parlamento húngaro aprobó la ley el pasado 12 de julio con 254 votos a favor y 43 en contra, pero esto provocó una serie de protestas y reacciones. Dieciséis comunidades religiosas que perderán su reconocimiento oficial y han apelado a la Corte Constitucional y han enviado una carta a las principales autoridades políticas del país.
Además, quince escritores, intelectuales y políticos que, en los años 70 y 80 participaron en el movimiento de oposición al comunismo, han dirigido una carta abierta a un alto nivel de la Unión Europea para solicitar una acción decisiva en defensa de la libertad religiosa y otras libertades.
El Secretario de Estado encargado de las comunicaciones gubernamentales, Zoltán Kovács, respondió señalando que la nueva ley reconoce el «derecho inalienable de los individuos a elegir y practicar una religión”. Además, añadió, el Estado identificó 14 nombres para recibir ayuda económica de él en su función especial desarrollada en el ámbito humanitario.