El Vaticano explora indicios de vida extraterrestre
Treinta científicos -incluso no católicos- de Chile, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Suiza e Italia asistieron a la conferencia, convocada por las autoridades de la Iglesia Católica Romana para explorar entre otras cosas «si existen formas de vida sensibles en otros mundos.
Cuatrocientos años después de encerrar a Galileo por rechazar que la Tierra fuese el centro del universo, el Vaticano ha convocado a expertos para estudiar la posibilidad de vida extraterrestre y sus implicaciones para la Iglesia católica.
«Las cuestiones de los orígenes de la vida y el interrogante de si existe la vida en otras partes del universo son muy adecuadas y merecen seria consideración», dijo el religioso José Gabriel Funes, astrónomo y director del Observatorio del Vaticano.
El sacerdote jesuita presentó el martes los resultados de una conferencia de cinco días que congregó a astrónomos, físicos, biólogos y otros expertos para debatir el campo floreciente de la astrobiología, el estudio del origen de la vida y su existencia en otros rincones del cosmos.
Funes dijo que la posibilidad de vida extraterrestre plantea «muchas consecuencias filosóficas y teológicas», pero agregó que la reunión se centró principalmente en la perspectiva científica y el modo en que diferentes disciplinas pueden conjugarse para explorar ese terreno.
Chris Impey, profesor de astronomía en la Universidad de Arizona, dijo que era adecuado que el Vaticano organizara dicha reunión.
«La ciencia y la religión plantean la vida un como resultado especial en un universo vasto y por lo general inhóspito», dijo en una conferencia de prensa el martes. «Hay un rico terreno común para el diálogo entre los practicantes de la astrobiología y quienes buscan comprender el significado de nuestra existencia en un universo biológico».
Treinta científicos -incluso no católicos- de Chile, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, Suiza e Italia asistieron a la conferencia, convocada para explorar entre otras cosas «si existen formas de vida sensibles en otros mundos».
Fuente: El Nacional