Inspiradora transformación de Jay Shield, ex-traficante de drogas
Un ex-narcotraficante encuentra la verdadera libertad en Cristo tras un encuentro con Jesús
Jay Shield creció en un hogar dividido entre dos mundos: el hinduismo de su padre y el cristianismo de su madre. A pesar de esta influencia espiritual, se encontró cautivo en las sombras del narcotráfico. Sumido en un mundo de drogas y violencia, buscaba desesperadamente un propósito en la vida. Sin embargo, fue en lo más profundo de su oscuridad donde encontró la luz más brillante: el amor transformador de Jesucristo.
El pasado de Jay Shield
A los 17 años, la presión de sus amigos lo llevó a experimentar con las drogas, iniciando un descenso hacia un estilo de vida criminal. El dinero fácil y la adrenalina de la vida en la calle lo cautivaron, pero también lo dejaron vacío por dentro. A pesar de sus intentos por encontrar la felicidad en el éxito y el poder, un vacío insaciable lo consumía.
Su búsqueda espiritual lo llevó a explorar diversas filosofías y religiones, incluyendo la Nueva Era y el budismo. Sin embargo, ninguna de estas ofrecía la paz y la satisfacción que anhelaba. ‘Sabía que las drogas eran una puerta de entrada a lo espiritual, pero me llevaron a un punto de no retorno’, confesó Jay en una entrevista dada en el podcast Deliverance Down Under.
De las tinieblas a la luz
Una noche, durante una fiesta, Jay Shields experimentó un encuentro que cambiaría su vida para siempre. Bajo la influencia de sustancias alucinógenas, se encontró cara a cara con el mal. “Estaba sentado con mi amigo en su habitación y terminé literalmente teniendo un encuentro con Satanás . El diablo me estaba hablando a través de mi amigo”.
Continuó: “Dijo: ‘Puedo darte algo que nadie puede darte’. Puedo trabajar contigo y tú puedes trabajar conmigo. Te daré lo que quieras.’ Entonces terminé cediendo y diciendo: ‘Sí’”.
“En ese momento sentí que algo salía de mi cuerpo. Sentí que mi alma me había abandonado”, añadió.
Al día siguiente, fue a casa de otro amigo a pasar la noche. Mientras yacía en la cama, sintió una presencia oscura que se acercaba hacia él. Entonces clamé el nombre de Jesús. Su nombre fue lo último que salió de mis labios. De repente sentí el Espíritu Santo , sentí el amor de Dios por primera vez y fue increíble, fue lo más hermoso”, relató Jay.
Desde ese momento, la vida de Jay Shield cambió radicalmente y encontró en Jesús el proposito de su vida, comenzó a asistir a la iglesia y a sumergirse en la Palabra de Dios. Hoy, como ministro en la Iglesia Echo, dedica su vida a ayudar a otros jóvenes a encontrar la libertad que él encontró en Jesús.