Esta temporada se suele hablar mucho de la hermosa historia del nacimiento de Jesús, una historia con un mensaje secreto. Sin embargo en esta oportunidad queremos enfocarnos en ella bajo otra perspectiva. Nuestro enfoque va a estar centrada en la manera tan exquisita y diferente que tiene Dios para hacer las cosas. Y es que la venida del Mesías a la tierra rompió todos los paradigmas y usó personas insignificantes para cumplir su designio. A estas personas son las que llamamos nadie.
Generalmente cuando alguien importante visita una nación o una ciudad todo el mundo se entera. Si son mandatarios son recibidos con honores de estado y la cobertura en los medios es notoria. Cuando viene un afamado cantante las entradas para sus conciertos se agotan rápidamente. Sin embargo, Jesús el Principe de Paz rompio este esquema. Llegó sin grandes aspavientos, de noche y no se quedó en un hotel de cinco estrella ignorando a las personas importantes y revelándose a los «nadie».
Los nadie del mensaje secreto:
María
Una adolescente de un pueblo pequeño. Recordemos que en tiempos bíblicos las mujeres no era importantes y menos si estaban en la etapa de la adolescencia. Además quedó en cinta antes de haberse esposado ¡Vaya escándalo! Sin embargo Dios la escogio como nadie para llevar a cabo una tarea dificil que fue la de concebir y criar al Hijo de Dios
José
Un simple carpintero que tuvo que confiar en Dios en un momento en que iba a repudiar a su prometida María. Aceptó el reto de ser el padre adoptivo del Salvador del mundo.
Pastores
Los pastores
Este oficio no es precisamente uno para personas importantes. Tener que trabajar de noche no suele ser muy agradable. Sin embargo esa noche fueron los primeros en ser invitados a celebrar la venida del Príncipe de Paz. Fue una noche en la que disfrutaron un concierto mejor que el de cualquier cantante famoso. Escucharon un cocierto de música celestial. Vivieron una noche no de espectáculo fantasioso sino que presenciaron la Gloria de Dios manifestándose en la tierra.
Los magos o sabios
No eran reyes como se nos ha dicho más bien eran astrólogos paganos. No importaba si tenían dinero; eran extranjeros y con una religión pagana. Vestían con ropaje distinto y fe no era precisamente judía. Sin embargo, el Padre les invitó a celebrar el nacimiento del Rey de la humanidad.
Ana y Simeón
Eran unos ancianos invisibles para los eruditos religiosos del Templo. Pasaban inapercibidos excepto para el Espíritu Santo. Durante décadas el Espíritu de Dios les susurraba que que serían testigos de la llegada más importante en la historia de la humanidad. Incluso sostuvieron al Jesús en sus brazos. Experimentaron el plan secreto de Dios décadas antes de que el resto del mundo supiera lo que pasaba. (Lucas 2, 22-40)
Un mensaje secreto
¿Cúal es el mensaje secreto dentro de la historia de Navidad? Que Dios se fija e invita a los nadie como nosotros y nos da lo que necesitamos para contemplar su Gloria. Posiblemente las personas famosas no vengan a esta celebración. Claro que son bienvenidos, pero suelen estar demasiado ocupados construyendo sus propios reinos. Mientras tanto, el reino de Dios se llena de gente insignificante para ellos pero muy valiosa para el Creador. Por eso en esta temporada si crees que no eres nadie ¡regocíjate! y celebra al Dios encarnado que te invita a contemplar sus maravillas.
Feliz Navidad