El devocional de hoy
Fanatismo
Lectura: II Corintios 5:11-17(I Pedro 3:13) ¿Y quién os podrá hacer daño si demostráis tener celo por lo bueno?
Recientemente la Administración Federal de la Aviación en Seattle, Washington, tuvo que investigar un caso poco usual. Los oficiales del equipo de béisbol los Seattle Mariners y el departamento de bomberos reportaron que el piloto de una avioneta Cessna esparció las cenizas de un difunto cremado sobre la cúpula de SAFECO Field, el coliseo deportivo de esta ciudad.
Cuando por fin localizaron al piloto descubrieron que era un empleado de una compañía que la gente contrataba con el fin de tales propósitos. Normalmente hacen estos rociamientos sobre un lugar particularmente amado por el difunto como un río, lago, prado o montaña u otros lugares que sus familiares consideran apropiados. Los oficiales dijeron el concepto de la familia del finado de un lugar apropiado resultó ser imprudente en extremo. Aparentemente el fallecido era un fanático de los deportes con un amor en particular para el béisbol. Sus familiares concluyeron que para él sería con si estuviera en el cielo si su paradero final era el parque de béisbol de su equipo predilecto.
Ahora bien, a mí me gusta el deporte. Pero cuando considero el fanatismo de la gente, en verdad, me quedo atónito. Cada año se mueren más personas porque asistieron a un partido de fútbol que los que asisten a los conciertos de la música rock. El arrebato de la gente alimentado muchas veces por las bebidas alcohólicas, los lleva a un apogeo emocional que los deja ciega a todo comportamiento racional. Lo que más me deja pasmado que todo esto se hace por algo que, en realidad, lo les ha dejado nada en absoluto. La gente sale con menos dinero y si se ha perdido su equipo, salen enojada o deprimida. Si ha ganado su equipo están felices, pero sus vidas no han cambiado.
Mi definición del fanatismo es el celo sin conocimiento. Ciertamente, en todas las religiones, el Islam, el hinduismo, budismo y el cristianismo existen los fanáticos religiosos. Estas personas, generalmente son personas que son ignorantes de las Escrituras o la verdad del evangelio. Son personas que son gobernadas por sus emociones y no por la sabiduría divina y el consejo bíblico. Son personas que han quitado las vidas de otras personas porque creían o pensaban de una manera distinta que ellos. Son personas que no conocen el amor ni la razón. Hay una gran diferencia entre una persona que ama al Señor y esta debidamente celosa y una persona que esta desenfrenadamente agresivo a favor de una causa.
En el mundo occidental, cuando alguien ha abrazo la fe cristiana, los no cristianos suelen decir que se ha convertido en un fanático. Pero el verdadero cristiano tiene una explicación sólidamente razonable para hacer todo lo que hacemos. Si nos expresamos con fervor y emoción, tenemos un motivo. Jesucristo nos ha dado una vida nueva y nos la librado de la miseria del pecado y aún más allá de este siglo, nos ha dado la vida eterna.
LA VERDADERA FE NO PUEDE EXISTIR SIN FERVOR. FERVOR SIN CONOCIMIENTO ES UN PELIGRO.
(Juan 2:17) Sus discípulos se acordaron que estaba escrito: El celo por tu casa me consumirá.
Hno. Prince Parker