De traficante de drogas a pastor
Aaron Livers era un traficante de drogas de la ciudad de Baltimore. Con tan sólo 20 años ya era muy conocido en la ciudad y quienes estaban en ese negocio le respetaban y le temían debido a ser muy influyente.
Tenía todo lo que quería y podía obtener cualquier cosa. Se volvió orgulloso y arrogante, pero en el fondo se sentía disgustado consigo mismo porque sabía que en ese negocio los asesinatos están a la orden del día.
Un día, mientras regresaba a casa con un amigo, un pistolero intentó quitarle la vida. Aaron recibió los disparos y en ese momento clamó «Dios, no permitas que muera así». Lo siguiente que recuerda es cuando abrió los ojos en el hospital. Allí una de las enfermeras oró por él y le dijo que Jesús lo amaba y que tenía un propósito para su vida.
Tras su recuperación al volver a casa sintió que ya no pertenecía al negocio de las drogas. Estando en casa se sentó en el sofá y de repente sintió como la presencia de Dios le envolvía.
Sentía una paz abrumadora pero a la vez estaba confundido por lo que experimentaba. De pronto se puso a navegar por internet con su teléfono móvil y vio un video de un pastor hablando sobre el amor de Dios. Lloró al darse cuenta de que Dios lo estaba llenando.
Fue así como comenzó a leer la Biblia, y eso marcó el inicio de su camino con Jesús. Dejó el tráfico de drogas y todos los que lo conocían vieron un cambio profundo en su vida.
Hoy en día, el estudio bíblico que Aaron comenzó con solo dos personas, se ha convertido en una iglesia “La Comisión” que él pastoreada y que está llena de gente hambrienta de la Palabra de Dios.