En Canadá, la libertad religiosa está bajo presión
Un giro legal que genera inquietud entre creyentes y líderes cristianos

En los últimos días, desde Canadá llega una noticia que causa profunda preocupación entre comunidades de fe: se ha anunciado que el gobierno canadiense, junto al Bloc Québécois, planea eliminar las exenciones legales que protegían la expresión de creencias religiosas en las leyes sobre discurso de odio.
Según la legislación actual, la ley penal canadiense contempla prohibir “incitar al odio” hacia grupos identificables, pero permitía que quienes expresaran opiniones fundamentadas en creencias religiosas o en textos sagrados —como la Biblia— quedaran exentos. Este blindaje legal ofrecía un espacio de libertad para quienes profesan convicciones cristianas, incluso cuando sus opiniones incluían enseñanzas morales basadas en las Escrituras.
Canadá y el debate sobre libertad religiosa
El cambio planteado que se propuso en 2024 y ahora al parecer tiene conceso, implica eliminar esa exención: la reforma no solo suprime la defensa basada en convicciones religiosas al expresarse públicamente, sino que también quita la necesidad de que el fiscal general revise los procesos relacionados con delitos de odio. Organizaciones cristianas advierten que esta medida pone en riesgo la libertad de conciencia y de expresión, pues opiniones fundadas en la fe —sobre temas morales o bíblicos— podrían ser interpretadas como “odio” si el discurso no se ajusta a los nuevos estándares.
Muchos creyentes se sienten alarmados ante un escenario donde expresar convicciones fundamentadas en la fe podría acarrear consecuencias legales. Este contexto provoca una tensión creciente entre quienes defienden la protección de la libertad religiosa y quienes buscan reforzar las leyes contra discursos de odio.
A continuación, algunas reflexiones para la comunidad cristiana:
- Es esencial orar por sabiduría y por quienes legislan en Canadá, para que tomen decisiones con justicia y respeto hacia la libertad religiosa.
- Mantener un testimonio digno, cuidadoso y respetuoso, basado en amor y verdad, aun cuando haya temor de censura o represión.
- Fortalecer la comunidad creyente, compartiendo el evangelio con humildad, apoyándose en la Escritura y orando por unidad.
Este es un momento decisivo: la fe, la libertad y la expresión de convicciones están siendo redefinidas en un país que hasta ahora había protegido ambas.
