Benny Hinn pide perdón y abre su corazón
Benny Hinn es un telepredicador que ha resonado con fuerza en el mundo evangélico durante décadas. Conocido por sus multitudinarias cruzadas y su mensaje de fe y sanidad, Hinn ha sido tanto admirado como criticado. En los últimos años, ha dado un giro inesperado, abriendo su corazón al aceptar que ha cometido errores y buscando la reconciliación.
La era digital ha amplificado la influencia de Hinn, pero también ha resurgido la controversia. Videos antiguos que muestran profecías fallidas y enseñanzas sobre el evangelio de la prosperidad han alimentado las críticas, avivando la imagen de «charlatán» que algunos le han adjudicado.
Ante la avalancha de opiniones, Benny Hinn sintió la necesidad de ofrecer su versión de la historia. Buscando equilibrar la percepción sobre su legado, y para ello recurrió a Stephen Strang de Charisma Media para compartir su historia en una entrevista exclusiva.
Benny Hinn admite errores
En la entrevista, Hinn revela su deseo de ser aceptado ante Dios y su humanidad. Reconoce errores pasados y lamenta su falta de sabiduría en profecías y enseñanzas de prosperidad. Con humildad, pide perdón por sus fallas y expresa su deseo de avanzar y no quedarse estancado en el pasado.
«Soy un ser humano. He cometido errores», dice Hinn. “No fui muy sabio en varias ocasiones con la profecía». Además admite que causó daño a las vidas de otros y a su propia reputación al dar profecías inexactas. “Estos mensajes no eran realmente una profecía. Se salieron de los límites de la redención”, dice Hinn. “Hubo veces en las que pensé que Dios me había mostrado algo que no me estaba mostrando. Y lo expresé.»
A pesar de las críticas, Hinn insiste en que la gente no entiende verdaderamente quién es él. Aclara que las percepciones se basan en fragmentos de sus programas, invitando a una comprensión más profunda de su mensaje y su persona.
El compromiso de Benny Hinn con su ministerio y su mirada hacia el futuro demuestran que aún tiene mucho que ofrecer. Su historia nos recuerda que todos somos humanos, capaces de cometer errores y de buscar la redención.