El testimonio del bautimo de un ex-musulmán

La transformación espiritual de un ex-musulmán ha conmovido a miles de personas tras hacerse público su reciente bautismo en una bañera. Curtis, quien durante quince años profesó la fe islámica, experimentó un cambio radical en su corazón después de un encuentro inesperado con un grupo de evangelismo. El hombre, visiblemente emocionado, testificó ante los presentes que ahora tiene la certeza absoluta de que Jesucristo es el Señor y Salvador, sintiéndose plenamente aceptado por el amor del Padre.
Esto tuvo lugar durante una jornada de evangelización liderada por el misionero Wade Aaron, director de la organización Christ’s Reward. Aaron relató que, mientras oraban para que Dios guiara a las personas hacia la cruz, se toparon con Curtis. Al ver el mensaje del Evangelio, el ahora ex-musulmán no dudó en dejar de lado lo que tenía en sus manos para abrir su corazón por completo a la voluntad del Señor, reconociendo que todo lo demás en su vida se había vuelto irrelevante ante la magnitud de este encuentro. Hermoso testimonio.
El poder transformador del bautismo y la fe de un ex-musulmán
El acto simbólico del bautismo se llevó a cabo en la intimidad de una bañera, lugar donde Curtis nació de nuevo en Cristo. Al sumergirse y salir de las aguas, el ex-musulmán rompió en llanto, reflejando la intensidad de la paz que ahora inunda su alma. Los testigos del momento elevaron oraciones pidiendo que el Espíritu Santo lo cubra de la cabeza a los pies, brindándole la fortaleza necesaria para caminar en su nueva identidad como hijo de Dios.
Un llamado ministerial que rinde frutos
Wade Aaron, quien guio al ex-musulmán en este proceso, comenzó su propio camino de fe a los 17 años. Con una trayectoria que incluye la enseñanza de matemáticas en escuelas públicas y años de liderazgo en equipos de evangelismo, Aaron fundó Christ’s Reward en 2021 con el propósito de equipar a la iglesia para compartir el mensaje de salvación. Casos como el de este ex-musulmán son el motor de su ministerio, demostrando que el amor de Jesucristo no tiene barreras religiosas.
