Mark Rathel

¿La salvación es por escalas o por gracia? – Cristianismo e Islam 3

La salvación por escalas o por gracia

Este artículo es la tercera de las cinco partes de una serie de Mark Rathel que tiene como objetivo el estudio de las diferencias entre el cristianismo y el Islam.  En esta nos habla de la salvación por escalas desde la perspectiva musulmana, en contraste con la salvación cristiana que es por gracia
 

El concepto de salvación es el área donde la teología se hace práctica.  Todos los temas teológicos se relacionan entre si debido a la salvación.  Jesús caracterizó su ministerio basándose en buscar y salvar al perdido (Lucas 19:19).  Por eso la salvación es un concepto fundamental en el Nuevo Testamento.  Desde la perspectiva cristiana «Salvación» es un concepto comprensible que expresa la acción de Dios para la humanidad caída.  Mediante  la Salvación Dios al hombre pecador a una relación personal con Él por medio del ministerio de la muerte y resurrección de Jesús.

La ortodoxia cristiana y el Islam tienen una perspectiva radicalmente distinta de Dios, la naturaleza humana y el pecado.  Es por eso que entre ellas exista una concepción muy diferente en relación a la salvación.  Alá no busca al perdido.  Por lo general los musulmanes no están familiarizados con el concepto cristiano de tener una relación personal con Dios.  Por eso cuando revisamos las respuestas a preguntas básicas en ambas creencias podremos darnos cuenta que existe una diferencia abismal como se concibe la salvación.

Diferencias de percibir la salvación en el cristianismo y el Islam

¿Por qué los hombres necesitan la salvación?

El Islam y el cristianismo bíblico dan respuestas muy distintas a la pregunta ¿Por qué la humanidad necesita salvación?.   Esta pregunta va a la raíz de la esencia de la naturaleza humana.

El cristianismo responde a la pregunta con la enseñanza que el hombre posee una naturaleza pecadora.  La universalidad del pecado testifica esta condición en toda persona.  Una analogía médica nos ayuda a entender esta verdad bíblica.  Las acciones producto del pecado son los síntomas.  El pecado en sí (naturaleza pecadora) es la enfermedad.  Debido a nuestra naturaleza pecadora, existe una corrupción en nosotros.  Por eso  la humanidad no puede ayudarse a sí misma para curar la enfermedad.

Los cristianos creemos que el hombre cayó de su inocencia original.  Desde entonces hereda una naturaleza y un entorno que le conduce al pecado. Pablo lo ha dejado muy claro en Romanos 3:10-18.  Allí nos enseña que todos los humanos están sometidos al pecado, es decir a la esclavitud del pecado.  Nuestra naturaleza pecadora afecta la totalidad de nuestra vida.  Estamos afectados desde la cabeza a los pies con: pensamientos (v. 11), acciones (Romanos 3:12), gargantas (Romanos 3: 13), lengua (Romanos 3: 13),  labios (Romanos 3: 13), boca (Romanos 3: 14), pies (Romanos 3: 15), y ojos (Romanos 3: 18).  Además los cristianos afirmamos que con el pecado hemos afectado el cosmos (Romanos 8:20-21).  La  gran tragedia del pecado es estar separados de Dios.

El Islam niega la naturaleza pecadora de la humanidad.  En el Corán se afirma la universalidad del pecado. “Si Dios castigase al hombre por sus actos perversos, no dejaría en la tierra ni siquiera uno” (Surah 16:61).  A pesar de esto las enseñanzas islámicas no proveen una explicación a la universalidad del pecado.  Cada  individuo comienza su vida inocentemente sin inclinación a pecar.  Teóricamente el Islam afirma que un individuo puede vivir una vida sin pecado.  Cada pecado  individual existe como un hecho aislado.  El Islam concibe el pecado como una debilidad — dejar ade caminar por la senda correcta.  El pecado por lo tanto no corrompe la naturaleza humana ni afecta al cosmos.

¿La salvación por escalas o por gracia?

En segundo lugar el Islam y el cristianismo tienen respuestas divergentes al responder a la pregunta ¿Cuál es la solución?  En el pensamiento islámico a Alá no se le puede dar el título de «Salvador». Sin embargo la Biblia si describe a Dios como «Salvador» en muchas ocasiones (Isaías 43:11;  1 Timoteo 1:1;  Tito 2:10, 13).  Para los musulmanes no hay razón para decir que el hombre necesita salvación.  Por lo tanto no se necesita a un salvador. Cada individuo trabaja para obtener la salvación o mejor dicho el perdón.

El Corán utiliza la analogía de las escalas para explicar que es lo que se necesita para entrar en el cielo. Al sonar de las trompetas en el Día del Juicio, «A aquellos que tengan en su cuenta mucho peso serán bendecidos, pero aquellos cuya cuenta sea muy ligera, esos que aman sus almas habitarán el infierno (Surah 23:102-103).  Si las buenas obras de un individuo sobrepasan sus malas obras, entonces entrará en el paraíso.

La cristiandad deja la salvación a la gracia de Dios, en lugar de los obras de los humanos.  Los cristianos afirman que la humanidad por sí sola no puede ayudarse ni tiene el poder de librarse del poder del pecado (Romanos. 5:6-8).   Jesús, como Dios y Hombre, sirve de Mediador entre Dios Santo y la humanidad pecadora convirtiéndose en un rescatador para los hombres (1 Timoteo. 2:5-6).  Un rescatador que pago el precio de la libertad de esclavos.

Aunque los musulmanes niegan la necesidad de la expiación o de un sacrificio de expiación, el concepto del rescatador ocurre en forma prominente en la narrativa del Corán.  Cuando Abraham iba a sacrificar a su hijo Ismael (no Isaac, como lo indica la Biblia),  Alá “rescató a su hijo con un sacrificio” (Surah 37:102-109).

Los cristianos afirmamos que Dios provee el rescate a la humanidad pecadora mediante el pago hecho por el sacrificio de Jesús. La sangre de Jesús fue derramada para liberar a la humanidad pecadora de la esclavitud del pecado.  Al llevar nuestro pecado en el sufrimiento de la crucifixión, Jesús provee el sacrificio de expiación para nuestros pecados.  Por lo tanto, Jesús aquello que nos separaba de Dios.  Un individuo se apropia por fe de la acción hecha por Jesús en favor a la humanidad.

¿Cual es mi destino final?

En tercer lugar, el Islam y el cristianismo tienen respuestas disímiles a la pregunta, ¿Puedo tener una certeza acerca de cual será mi destino?   Un musulmán nunca estará seguro que su escala de buenas obras pese que se esfuerce mucho para compensar sus malas acciones. Por lo tanto Alá no garantiza el destino celestial. 

Alá puede guiar y a la vez engañar a las personas (Surah 14:4). Alá no es la fuente de la seguridad.  El mismo Mahoma, indicó no estar seguro de su destino: “Por Alá creo que soy un apóstol de Alá, aunque no se lo que Alá hará de mi” (Hadith al-Bukhari 5:266).  Umar, un compañero de Mahoma y su segundo sucesor dijo en el momento de su muerte: “Teniendo todo el este y el oeste, lo daría con gusto si pudiese librarme de este miedo tan grande que tengo”.  Es por ello que podemos decir firmente que la muerte sigue siendo un enemigo para los musulmanes.

En contraste, el cristianismo proclama que el creyente puede tener la seguridad de vida eterna (1 Juan 5:13).  Para un cristianos esta seguridad no se basa en sus sus acciones. Por el contrario los cristianos experimentan la seguridad por que su salvación es una acción de Dios y no de un individuo.

Lee más artículos sobre esta serie: Cristianismo e Islam, entendiendo las diferencias

  1. La Biblia y el Corán
  2. ¿Adoran al mismo Dios cristianos y musulmanes?
  3. ¿La salvación es por escalas o por gracia?
  4. Jesús y Mahoma
  5. Testificar a los musulmanes

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