Muere Lin Xingiao líder de la iglesia subterránea china
Lin Xingiao considerado por muchos como un héroe de la fe cristiana falleció el pasado 3 de agosto a los 88 años.
Xiangiao sufrió en su vida la cruel opresión impuesta por el gobierno comunista chino y pasó más de 20 años en prisión por su fe. También fue testigo del poder de Dios en medio de la persecución pues pudo constatar en vida el sorprendente crecimiento de la Iglesia en China, que actualmente se estima en 80 millones.
Hijo de un pastor de una pequeña iglesia bautista en una zona montañosa con vistas a Macao fue criado como cristiano desde pequeño. Fue detenido durante una de las primeras grandes oleadas de persecución en la China de Mao y fue recluido en la prisión desde el año 1955 hasta 1957.
Posteriormente las autoridades chinas lo condenaron por segunda vez en 1958 y pasó 20 años de trabajo forzoso en campos de concentración laborando la mayoría de las veces en minas de carbón. Sufrió torturas y duros castigos, pero a pesar de ello Xiangiao continuó enseñando.
El gobierno Chino lo puso en la cárcel básicamente porque se negó a fusionar su iglesia (que fue declarada ilegal) en el Movimiento Patriótico de Tres Autonomías (iglesia protestante dirigida por el Estado). Como se sabe esta iglesia se rige por las restricciones impuestas por el gobierno comunista entre las que se destaca la prohibición de predicar acerca sobre la segunda venida de Cristo y enseñar el mensaje del Evangelio a menores de 18 años.
En 1979, Lin Xiangiao retoma la labor pastoral y reinicia su iglesia subterránea en su hogar en Guangzhou. La feligresía creció rápidamente, y tuvo que trasladar su congregación a un local más grande en la misma ciudad. Aunque su iglesia sigue sin el registro oficial, las autoridades en los últimos años han sido más tolerantes con su funcionamiento. Actualmente a esta iglesia asisten unas 4000 personas en los cuatro servicios que se ofrecen.
Xiangiao en sus sermones retaba al gobierno, a los asistentes de su iglesia, y a los creyentes tanto chinos como extranjeros indicando que los cristianos debían obedecer al gobierno a menos que éste se sancionase leyes opuestas a Dios. «Las leyes de Dios son más importantes que las leyes de los hombres», era una de sus frases frecuentes.
El sufrimiento era otro de los temas tocados frecuentemente en sus sermones. Solía repetir que «a más persecución, más crecimiento«, indicando que esto no solo tenía que ver con el número de creyentes, sino también con el crecimiento espiritual de los mismos.
Su esposa murió mientras estaba en prisión y no se le concedió permiso para que asistiese a su funeral. Recordando esto una vez manifestó que el hecho para el fue “como una flecha que le mandaba el Todopoderoso, hasta entendí que Dios permite el dolor, la pérdida, la tortura y que hay que crecer a través de todo esto «.
Todos los domingos después del servicio, llevaba a los extranjeros que visitaban su iglesia a su oficina para contarles la historia de su vida y el resumen del «principio sagrado» que había aprendido «más persecución, más crecimiento «.
Fue un colaborador incondicional para el ministerio Puertas Abiertas. Con su ayuda se distribuyeron más de 200 mil ejemplares de literatura cristiana a los creyentes chinos.
«La muerte de Samuel Xiangiao deja un hueco en la iglesia china», señala Puertas Abiertas. «Junto con otros héroes de la fe, como Wang Mindao y Allen Yuan, que simbolizó la fe valiente de una iglesia que creció a un ritmo sin precedentes en la historia mundial. Tras su muerte se dirá en muchas iglesias que mientras mayor sea la persecución sólo se tendrá un resultado: más crecimiento«.
Fuente: Open Doors (Puertas Abiertas)