Héroes
A lo largo de la historia, los cristianos han sido un sector perseguido en varios lugares del mundo. Si buscamos entre las diferentes informaciones publicadas en diferentes medios, encontramos noticias sobre secuestros o asesinatos que van de personas individuales que sufren debido a su fe, hasta la persecución masiva de cristianos en Iraq que realiza el conocido Estado Islámico.
La vida de los cristianos nunca ha destacado por una absoluta comodidad. Antes o después, todo cristiano se topa con una oposición firme por parte del resto de la sociedad en cuanto a creencias. En el mundo occidental, donde el tiempo, el dinero y lo material está a la orden del dia, la religión pasa a un segundo plano. No es un tema que interese, y no solo eso, sino que, además, la creencia en cuestión suele ser objeto de rechazo si esta contradice las «normas sociales» aceptadas por la sociedad.
Si bien los creyentes, a pesar de que su fe no sea compartida por muchos, disponen de una libertad religiosa para poder ejercerla en Occidente, la historia en Medio Oriente es diferente. Lo material no parece tan primordial como en nuestra sociedad, pero su lugar lo ocupa la religión. A primera vista, no debería haber ningún problema, pero la tensión a lo largo de los años ha sido palpable. El peligro se encuentra en la convivencia. Cuando hablamos de Oriente, nos referimos a una tierra en la que el Islam tiene una presencia más que notable y, entre cuyos fieles, encontramos un radicalismo que no contempla la existencia de una creencia que no sea el Islam. Toda creencia o religión diversa es vista como un enemigo, como una fe que contradice el fundamentalismo en el que se basa el islamismo que procesan. Es a raíz del fundamentalismo, es decir, del mantenimiento de los que son, según este tipo de seguidores, los verdaderos principios (fundamentos) del Islam.
Muchos de los cristianos que se encuentran en este rincón del planeta, así como el resto de seguidores de otras minorías religiosas que conviven en un país como Irak, se encuentran en un punto en el que deben optar entre renunciar a Dios para poder continuar con sus vidas sin «aparentes» problemas, o bien anteponer a Dios a la propia vida y renunciar a todo tipo de comodidad de la que disponen. La de los cristianos en Irak es una verdadera prueba de fuego. El conocido Estado Islámico es uno de estos grupos fundamentalistas que buscan el exterminio de todos aquellos que no procesan la misma fe islámica sunnita extrema que ellos, y los cristianos deben decidir entre Dios y la comodidad. Cabe decir que los miembros de esta organización no «obligan» a nadie a convertirse al Islam, aunque su propuesta pueda parecerlo. Islam, impuesto o muerte.
El resultado de esta propuesta es el refugio o la huida de miles de cristianos de sus casas ante el peligro que supone quedarse. Algunas de ellas no han soportado la dureza de las condiciones de vida y, ante la escasez de agua, comida y medicamentos, han fallecido. Otros lo han hecho con decapitaciones, crucifixiones y otros tipos de tortura a manos de los mismos miembros del Estado Islámico. Los que quedan siguen huyendo y o tratando de mantener su vida a salvo. Eso sí, sin renunciar nunca a Dios.
Se trata de personas anónimas cuyo nombres no nos dirán absolutamente nada, pero quizás debamos considerar la decisión que tomaron en su día (y que algunos están tomando o bien tomarán) ante la situación en la que la tomaron. Personas que han priorizado a Dios a sus respectivas vidas, que han defendido la verdad a pesar de sus consecuencias. En definitiva, heroes.
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