Siendo un devoto musulmán que luchaba por Alá, Hashfin Javid se unió a Hezbolá durante su adolescencia para proteger a Líbano en la década de 1980. Sirvió al grupo terrorista durante tres años hasta que fue arrestado en Malasia por llevar pasaportes ilegales.
Mientras meditaba en versos del Corán en la cárcel, de repente sintió la presencia de un ser demoníaco. Tenía tanto miedo que inmediatamente pidió ayuda a Dios. Entonces escuchó una voz que le decía que llamara el nombre de Jesús.
“Jesús, si eres real, muéstrame quién eres”, dijo instantáneamente.
El espíritu demoníaco desapareció repentinamente después de que invocara el nombre de Jesús. Él creía que Jesús era solo un profeta, así que estaba confundido acerca de por qué había poder en Su nombre. Movido por la curiosidad, ayunó y oró para que Dios se mostrara, pero se enfureció al no recibir ninguna respuesta. Pero de repente, una noche, Hashfin se encontró con Jesús dentro de su celda de prisión.
“Luego sentí que toda la habitación se llenaba de la santa presencia de Dios, como si el tiempo se detuviera. Conoces estas cosas acerca de Dios sin que Él te diga nada. Lo primero que supe de Él fue Su santidad. Sabía que Él era un Dios santo”, recordó.
Luego sintió un toque en su hombro izquierdo y escuchó una voz que decía: “Te perdono”. Confundido y sin entender, preguntó a la voz: “¿Quién eres tú para perdonarme?” La voz entonces le respondió: “Yo soy el camino, la verdad y la vida”. El Señor se reveló a sí mismo como Jesús.
Hashfin cayó al suelo llorando mientras se arrepentía de sus pecados y aceptaba a Jesucristo en ese momento. Desde ese momento, su vida cambió por completo. El exsoldado de Hezbolá ahora es pastor en la Vancouver Christian Fellowship y predica el Evangelio.
