Doscientas casas y dos iglesias quemadas en Pakistan por una turba
Unas doscientas casas de cristianos fueron quemadas por una turba en unos disturbios originados por un supuesto caso de blasfemia contra Mahoma en la ciudad de Lahore, en el noreste de Pakistán.
Según información suministrada por una fuenta policial a la agencia de noticias EFE, los altercados comenzaron el pasado viernes al mediodía y se agravaron el sábado 9 de abril en la zona de Badami Bagh.
Unas 7.000 personas alborotadas se dirigieron a la zona cristiana de la Joseph Colony armados con palos y piedras, y enfurecidos quemaron la localidad en la que habían dos pequeñas iglesias cristianas.
Las familias de la zona habían huido, avisadas por la policía de un posible ataque, pero denunciaron la pasividad de las fuerzas del orden a la hora de protegerles.La policía ha detenido a unos cien sospechosos de participar en los disturbios, según medios locales.
El viernes un grupo de musulmanes intentó linchar a un cristiano al que acusaba de haber proferido palabras ofensivas contra Mahoma.Una turba de cientos de personas, que aumentó hasta 2.000, fue en busca del presunto blasfemo Sawan Bodi a su domicilio de Joseph Colony, pero este logró escapar.
Según las declaraciones de una mujer del barrio a Dawn, la persona que interpuso la denuncia por blasfemia, Imran Shahid, y Bodi eran socios en un negocio de licor y tuvieron una fuerte discusión el jueves.
La Policía ha abierto una diligencia contra el supuesto blasfemo, a pesar de que, según reconoció al diario Pakistan Today el responsable policial del barrio, Hafiz Abdul Majid, las pesquisas iniciales indican que se trata de una acusación falsa.Según Abdul Majid, se vio «forzado» a aceptar la denuncia para evitar que los ánimos se exaltaran aún más.
El presidente del país, Asif Ali Zardari, ordenó una investigación del «desafortunado suceso» y afirmó que «actos de vandalismo contra las minorías del país manchan la imagen del país», de acuerdo con un comunicado de su portavoz recogido por Dawn.
El primer ministro de Pakistán, Rajá Parvez Ashraf, mostró ayer su «profunda preocupación» por los disturbios, en un gesto poco habitual.»Los cristianos son ciudadanos de la tierra y deben contar con la misma protección. El islam enseña la tolerancia y asegura la protección de la vida y la propiedad de los no musulmanes», afirmó Ashraf en un comunicado.
La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán, Zhora Yusuf, criticó en un comunicado al Gobierno del Punjab «por fallar totalmente a la hora de garantizar la protección de una minoría bajo asedio».
La legislación antiblasfemia de Pakistán surgió en el período colonial británico, pero las reformas de los años 80 del dictador Mohamed Zia ul Haq (1977-1988) dieron alas a los extremistas para abusar de la ley, y atacar a cristianos y otras minorías.
Ocho cristianos, entre ellos cuatro mujeres y un niño, fueron asesinados en 2009 en un ataque llevado a cabo por un grupo de musulmanes en la ciudad de Gojra, en la provincia de Punyab, tras los rumores de que un Corán había sido destruido.
Fuente: Agencias