Cristianos se niegan a conducir el autobús ateo
Mientras en Inglaterra un cristiano conductor se niega a conducir el autobús que lleva la publicidad atea, el autobús llegará a la ciudad italiana de Milán y allí los chóferes podrán negarse a conducirlo
Un conductor de autobuses cristiano, se ha negado esta semana a conducir el autobús que lleva la publicada la publicidad en la que se lee "probablemente no exista Dios".
El conductor reaccionó con "shock" y "horror" cuando vio el lema en el autobús y se negó abordarlo en señal de protesta según informa la BBC de Londres.
"Iba a disponerme a abordar el autobús cuando vi frente a mi cara, mi primera reacción fue de impacto y de horror" declaró el conductor Ron Heather a la BBC.
"Sentí que no debía conducir ese autobus, y le dije a mis supervisores quienes me dijeron que no había otro y por lo tanto pensé que lo mejor era marcharme a casa".
La publicidad atea en Londres ha causado mucha consternación entre los consumidores cristianos quienes han solicitado que las autoridades intervengan puesto que si los promotores no pueden probar que lo que proponen sea verdad, se podría hablar de publicidad engañosa.
Por otro lado en la ciudad italiana de Milán los ateos ya se disponían a poner en marcha la publicidad bajo el lema “La mala noticia es que Dios no existe. La buena es que no lo necesitas”.
La campaña comandada por la Unión de Ateos y Agnósticos Racionalistas (UAAR). Según su presidente Raffaelle Carcano, argumentó seleccionaron partir "de Génova porque es la ciudad del presidente de la Conferencia Episcopal Italiana (CEI), Raffaele Bagnasca, y porque es la sede de la próxima marcha del Orgullo Gay", prevista para el 13 de junio después del día del Corpus Domine.
Pero el sindicato confederal Faisa-Cisal, que agrupa a 900 de los 1.700 conductores de autobuses de la empresa de transporte público de la ciudad (Amt), acotó que los chóferes pueden acogerse a sus convicciones religiosas y de conciencia para no guiar los autobuses con el lema de los ateos.
Sin embargo fue tal la polémica suscitada que los ateos italianos perdieron su oportunidad de hacer su cartel publicitario.
La maqueta estaba lista y el contrato se envió al grupo para que lo firmara, pero la agencia publicitaria cambió de idea y dijo que violaba el código ético y publicitario.