El caso fue presentado por 12 solicitantes a los que se les había negado la ciudadanía principalmente por ser judíos que creen en el Mesías. La mayoría de ellos habían recibido cartas en las que les decían que no se les podía conceder la ciudadanía debido a que ‘habían participado en actividad misionera,’ según un e-mail que había hecho circular Calev Myers, fundador y principal consejero del Instituto de Justicia de Jerusalén.
La Suprema Corte de Israel concluyó una batalla de dos años y medio de duración dictaminando que los mesiánicos debían recibir el mismo trato bajo la ley de retorno israelí, según la cual cualquiera que nace siendo judío puede inmigrar de cualquier parte del mundo a Israel y se le debe conceder automáticamente la ciudadanía.
‘Esta es otra batalla más que se ha ganado en nuestra guerra por establecer la igualdad en Israel para la comunidad judía mesiánica que es igual a cualquier otra rama legítima de la fe dentro del mundo judío,’ ha escrito Myers.
‘Algunos de los sectores de la sociedad que son muy ortodoxos habían adoptado posiciones en el Ministerio del Interior y se habían valido de ellas para revocar la ciudadanía de los creyentes, negándoles visados y en general acosando no solo a los judíos que creían en Jesús, sino también a los trabajadores cristianos en Israel.’ Dios ha cubierto a nuestros hermanos que han sido discriminados y perseguidos por grupos ortodoxos, oremos para que puedan ser luz y mostrar a otros judíos a Jesús como su Mesías.