Filadelfia se ha convertido en la primera ciudad en prohibir las armas de fuego creadas por impresoras 3D en aras de la seguridad ciudadana. Las autoridades de la ciudad alegan que cualquiera que compre una impresora 3D podría crear un arma y atentar contra cualquier persona.
El Consejo de la Ciudad de Filadelfia votó unánimemente para vetar de manera preventiva el posible uso de este tipo armamento para atacar a cualquier ciudadano, algo que puede sentar un precedente muy peligroso, ya hechos ocurridos como los atentados Boston serian más fáciles de perpetrar.
Actualmente una impresora 3D cuesta entre 1500 y 8000 dólares, a lo que hay que sumar el material que se necesita para imprimir, y aunque no es barato cualquier individuo podría construir incluso una bomba en la intimidad de su hogar. Además hay que señalar que como ocurre con cualquier gadget tecnológico, el precio de estas impresoras tiende a bajar a medida que su uso se masifica, y con ello aumenta la probabilidad de su uso de manera inadecuada.
Actualmente el auge de las impresoras 3D está haciendo es tema de discusión en los ambientes políticos ya que su debate puede ser una estrategia para ganar votos gracias al miedo y la intimidación. Ya en algunos paises se habla de contrarestar su uso con mecanismos como el de imponer un impuesto a su venta con el fin de minimizar este tipo de hechos.
Lo cierto es que los avances tecnológicos tienen sus pros y sus contras. . Con una impresora 3D se pueden fabricar muchas cosas que pueden favorecer la calidad de vida de las personas. Recientemente hablabamos de su beneficio en favor de la salud como el caso de Padre crea una prótesis para su hijo en una impresora 3D e incluso su uso podría salvar vidas. La ciencia y la tecnología han sido dadas por Dios para el beneficio del ser humano, sin embargo dependiendo del uso que le demos puede perjudicarnos.