David Michael Bruno, es un cristiano que dice estar harto del consumismo y de las cosas superfluas que se imponen en la sociedad actual. Es por ello que se ha retado a sí mismo y se ha propuesto vivir sólo con 100 cosas, entre las que destaca la Biblia
David en 1997 se graduó en el Instituto Bíblico y de Teología de Moody, vive en la ciudad californiana de San Diego tiene 36 años. El reto que se ha propuesto los narra con lujo de detalles en la red en su blog guynameddave.com (que significa unchicollamadodavid). Su objetivo es vivir con 100 objetos buscando simplificar su vida. Este objetivo está en fase inicial y para ello está deshaciéndose de objetos bien sea regalándolos o poniéndolos en la basura. En la actualidad solo vive con 130 artículos.
El plazo que se ha fijado para alcanzar los 100 es el día de su cumpleaños, el próximo 12 de noviembre. A partir de esa fecha, tiene intenciones de vivir con esas cien cosas por lo menos durante un año. David afirma que “La experiencia me ayudará a poner las cosas en su lugar y también me ayudará a ver qué pasa”, escribe en su blog.
Sin embargo indica que es un reto muy personal y el mismo se ha fijado las reglas a seguir. De esta manera indica que poseer dos pares de zapatos los contabilizará como si fuesen una cosa y lo mismo aplica a los dispositivos que se relacionan con su computadora (impresora, CPU, pantalla, discos externos. Tampoco pone en su inventario los objetos comunes de su familia como la vajilla, cubiertos, vasos. También ha excluido del insólito reto su biblioteca personal, una miniatura de un tren eléctrico que pertenecía a su padre y es para él todo un tesoro, y sus herramientas de carpintería.
Ha decidido guardar los objetos familiares y personales con carga emocional en dos enormes contenedores en el garaje, pero se ha comprometido a no usarlos ni tocarlos por lo menos durante un año. Entre los 100 objetos que permanecerán en su lista, se encuentra la Biblia que usó su padre en la Guerra de Vietnam y su abuelo en la Segunda Guerra Mundial, un libro de notas Moleskine, populares gracias a que los utilizó Hemingway, y sus gafas de sol.
También se queda con el carro que usa para desplazarse y el saco de dormir. Sus preferencias están claras: ha conservado 22 objetos de cámping, 42 artículos de ropa –gorra de béisbol incluida– y tres de aseo. En tecnología, la fotografía digital se lleva seis objetos y siete más la computación.
El proceso de elección de objetos ha sido arduo y público. Bruno ha expuesto su caso en dos redes sociales muy populares en internet, Facebook y Friendfeed, para explicar cómo va tomando cada una de sus decisiones. Este reto comienza a impactar a sus visitantes y amigos y a la blogosfera. Ya ha generado un debate sobre el modelo de vida americano. Algunos personas afirman que sólo su vestuario está compuesto por más de cien piezas y que no quieren ni están dispuestos a renunciar a ellas. Sin embargo otras personas dicen que los monjes budistas han demostrado que se puede vivir con ocho objetos.
De momento, el caso de Bruno ya ha encontrado su réplica. Un joven de Bilbao, España se ha planteado vivir con 300 euros al mes durante un año. Este joven ya lleva más de dos meses en su aventura y muchos dicen que lo logrará pues sólo paga 180 euros de alquiler.