En las ruinas de una antigua metrópoli en el sur de Israel, los arqueólogos están recuperando la historia de un pueblo al que se recuerda hoy como los «villanos» del Antiguo Testamento.
La ciudad de Gat, donde comenzó esta semana la temporada anual de excavaciones, ayuda a los estudiosos a crear un retrato real de los filisteos, que aparecen en el relato bíblico como los enemigos perpetuos de los israelitas.
Hace casi tres milenios, Gat se encontraba en la frontera entre los filisteos, que ocupaban la llanura costera sobre el Mediterráneo, y los israelitas, que dominaban las alturas del interior. El habitante más famoso de la ciudad, según el Libro de Samuel, era Goliat, el guerrero gigantesco derribado por el joven pastor David con su honda.
Los filisteos son «casi la encarnación del otro en el relato bíblico», dijo Aren Maeir, de la Universidad Bar-Ilan, el arqueólogo a cargo de la excavación.
Los trabajos empezaron esta semana con un centenar de colaboradores de distintos países, y sumaron nuevos artefactos a la gran cantidad hallada desde que Maier inició su proyecto en 1996.
En un hoyo cuadrado, varias ánforas filisteas de hace 3.000 años salían a la luz. Un fragmento coloreado tenía un marco rojo y una espiral negra, una decoración común en el arte griego antiguo que apunta al origen de los filisteos en el mar Egeo.
Los filisteos arribaron por mar a la zona desde la Grecia actual alrededor del 1200 a.C. Dominaron importantes puertos en Ashkelon y Ashdod, hoy ciudades israelíes, y en Gaza, en el actual territorio palestino de la Franja de Gaza.
Las excavaciones han revelado que incorporaron aspectos de la cultura local, pero sin olvidar sus raíces. Cinco siglos después de su arribo seguían adorando dioses con nombres griegos.
Los arqueólogos han descubierto que la arveja, o chícharo, muy común en el Egeo, era parte fundamental de la dieta filistea. Huesos descartados en el lugar revelan que comían carne de cerdo y de perro, a diferencia de sus vecinos los israelitas, que consideraban a dichos animales impuros, restricciones que persisten en las leyes alimentarias judías.
Las excavaciones en Gat han descubierto rastros de la destrucción de la ciudad en el siglo IX a.C., con una fosa y terraplén construidos por un ejército de sitiadores que aún se ve como una línea oscura en las colinas circundantes.
La destrucción de Gat parece haber sido obra del rey arameo Hazael en el 830 a.C., hecho mencionado en el Libro de los Reyes.
Gat es importante porque la «maravillosa acumulación de cultura material» descubierta allí arroja luz sobre la forma de vida de los filisteos en los siglos X y IX a.C., dijo Seymour Gitin, director del Instituto W.F. Albright de Investigaciones Arqueológicas en Jerusalén y especialista en los filisteos.
Esto correspondería a la era del reino dominado desde Jerusalén por David y Salomón. Otros sitios filisteos han brindado información sobre períodos anteriores y posteriores, pero no sobre esa época crucial.
«Gat llena una laguna muy importante en nuestro conocimiento de la historia filistea», dijo Gitin.
En 604 a.C., Nabucodonosor de Babilonia invadió las tierras de los filisteos y masacró a sus habitantes. No quedan rastros posteriores.
Los cruzados que llegaron de Europa en 1099 construyeron una fortaleza sobre las ruinas de Gat, y el lugar se convirtió posteriormente en el pueblo árabe de Tel el-Safi, abandonado durante la guerra en torno a la creación del Estado de Israel en 1948. En la actualidad, Gat es un parque nacional.
Una población israelí fundada en 1955 varios kilómetros al sur lleva el nombre de Kiryat Gat porque se identificó erróneamente a otro grupo de ruinas como la ciudad filistea.
El recuerdo de los filisteos —o una versión algo tendenciosa de éste— quedó registrado en la Biblia.
El héroe Sansón, casado con una mujer filistea, los combatió en muchas ocasiones hasta que, debido a una traición, pudieron capturarlo, arrancarle los ojos y llevarlo a su templo en Gaza. Allí, según el relato, pudo liberarse de sus ataduras y destruir dos pilares, lo que provocó el derrumbe del templo y mató a todos los que se encontraban allí, incluido él mismo.
Uno de los hallazgos fascinantes en Gat es los restos de una estructura grande, posiblemente un templo, con dos pilares. Maeir sugiere que se trataba de un elemento de diseño común en la arquitectura religiosa filistea cuando fue incorporado a la historia bíblica de Sansón.
Los excavadores en Gat han hallado fragmentos con nombres similares a Goliat, que es indoeuropeo, no un nombre semita como hubieran empleado los cananeos o los israelitas. Los hallazgos revelan que los filisteos usaban esos nombres y que ese detalle también aporta a un retrato preciso de su sociedad.
Los hallazgos confirman la idea de que la historia de Goliat refleja fielmente un aspecto de la realidad geopolítica de la época, dijo Maeir: la interacción a menudo violenta entre los poderosos filisteos de Gat y los reyes de Jerusalén en la frontera común.
«Esto no significa que algún día hallaremos una calavera con un agujero en la frente provocada por la piedra que lanzó David, pero refleja un entorno cultural que en verdad existía en esa época», dijo el arqueólogo
Fuente: AP