Testimonios

Testimonio de un hombre náufrago que sobrevivió orando el Salmo 54

Testimonio de un hombre náufrago que sobrevivió orando el Salmo 54Un hombre de nigeriano sobrevivió permaneciendo tres días en la cámara de aire que se formó en el barco que viajaba y que se hundió en el océano Atlántico. El hombre sostiene que el milagro de su supervivencia es porque Dios intervino. Continuamente pedía a Dios su rescate orando el Salmo 54.

El diario “The Nation” hizo eco de esta noticias divulgando también las imágenes del impresionante rescate.

Harrison Odjegba Okene, cocinero de un remolcador al servicio de la petrolera norteamericana Chevron en el delta del Níger, fue el único superviviente de una tripulación integrada por 12 personas, todas nigerianas excepto el capitán, procedente de Ucrania.

La nave se hundió frente a las costas de Nigeria el pasado 26 de mayo, aunque la historia de Okene fue conocida solo este miércoles.

A las 05.00 hora local de aquel día (04.00 GMT) el remolcador “Jascon 4” maniobraba junto a un buque cisterna en una terminal de carga de crudo de Chevron cuando, tras un giro súbito y violento, se hundió en el Atlántico, llevándose consigo a los doce hombres que se encontraban a bordo.

Aquel fue el comienzo de la odisea de Okene, quien se encontraba en el baño en el momento del naufragio y llegó a enfrentarse a los tiburones que intentaron penetrar en el barco volcado atraídos por los cadáveres de sus compañeros.

Hundido el barco en el océano, del revés, el cocinero se desplazó por su interior tratando de encontrar el lugar más seguro para esperar un rescate, con solo sus calzoncillos puestos.

“Estaba aturdido y en todas partes estaba oscuro. Fui zarandeado y logré salir del aseo a tientas hasta un lugar que me pareció la sala de descanso de los oficiales. De ahí fui al despacho de los ingenieros, sin ver nada”, relató.

Okene encontró un chaleco ligero con dos luces, que le ayudaron a avanzar hasta la parte del buque donde se sentía más seguro, y comenzó una larga espera de 72 horas hasta ser rescatado.

Mientras tanto, pudo percibir cómo tiburones y barracudas inspeccionaban los espacios colindantes en busca de comida.

“Oré cientos de veces, empecé a invocar una intervención divina”, recordó.

Okene sostiene que encontró sea cámara de wire gracias a Dios y que permanecía orando y meditando el Salmo 54 que casualmente su esposa se lo había envido poco antes por mensaje de texto.

Al tercer día de espera, el náufrago oyó el motor de un barco y se dio cuenta de que los equipos de rescate le estaban buscando.

Para atraer su atención, utilizó un martillo para golpear la pared del barco, que puso sobre aviso a una embarcación.

Salió entonces de la cámara de aire que le había permitido sobrevivir hasta ese momento y se lanzó al agua helada para pedir auxilio.

“Mis manos y pies estaban pálidos. Cuando lo encontré, fui yo quien tocó al buceador, le toque la cabeza y se asustó”, dijo del hombre sudafricano que logró encontrarle.

Okene aseguró sentirse triste por la muerte de sus compañeros, que le demostró que no todo el mundo tiene una segunda oportunidad.

El video completo del rescate, filmado por los buzos, fue difundido por DCN Diving, que esl que vemos a continuación

 

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