Han pasado casi tres meses desde que Japón fue destrozado por un terremoto y un tsunami. Los daños que se estiman en miles millones de dólares han provocado recesión profunda dado a que muchas empresas han sido destruidas y con ello se muchos japoneses perdieron sus empleos. Si bien esta es una mala noticia para la economía, esta tragedia le ha dado a la iglesia un impulso.
Joe Handley presidente de Asia Access, un ministerio que apoya la iglesia local en Japón, manifiesta que la ayuda que está llegando a Fukushima mayormente es proviene de “iglesias japonesas de todo el país: Okinawa, Tokio, Hiroshima. Es increíble como las iglesias japonesas en amor se han movilizado para alcanzar y ayudar a limpieza en este momento”.
Además Handley sostiene que las iglesias tienen un deseo de plantar iglesias, especialmente en zonas donde no había ninguna. “Itawa por ejemplo es una de las regiones con menos iglesias en todo Japón, y sin embargo, los pastores tienen un corazón real para llegar a sus personas en estos momentos de necesidad”.
Handley indica que una denominación quiere plantar 50 nuevas iglesias en este área, mientras que otro grupo quiere plantar iglesias en los pueblos costeros en los que no hay ninguna.
“Antes del desastre, el crecimiento de la iglesia estaba en declive. Esto verdaderamente es una nueva temporada para la iglesia”, afirma Handley.” Las redes son la formación de estas nuevas iglesias, “Dios nos está llamando para un momento como este”.
Inmediatamente después del terremoto, se produjo un verdadero despertar espiritual entre los japoneses. Antes del mismo hablar de cosas espirituales e incluso de la Biblia.
La población al ver como misioneros, pastores y creyentes se dedican a ayudar se hacen preguntas como:” ¿Por qué hacen esto ¿Dónde está Dios en medio de todo esto? ‘ Hay conversiones y esta es una nueva hora espiritual, y que podría cambiar el clima espiritual de todo el país”.
