La conversión de musulmanes al cristianismo es una cuestión muy delicada en cualquier parte del mundo, pero recientemente la atención de los medios de comunicación del Reino Unido se han centrado en como exmusulmanes convertidos al cristianismo en tierras extrajeras encaran la persecución.
Los exmusulmanes que se conviertan al cristianismo se ven amenazado a la calumnia y a la violencia a manos de sus propios familiares (exactamente igual a lo que ocurre en el Medio Oriente Medio). Sin embargo la diferencia que existe en relación a sus países de origen es que estas familias no residen en una sociedad teocrática, sino en un país occidental que defiende la libertad religiosa y al derecho a convertirse a otra fe.
La afamada cadena de televisión BBC de Londres ha emitido una serie de programas en la que se relatan historias de exmusulmanes convertidos al cristianismo.
El pasado lunes emitió el testimonio de casos reales de Inglaterra en las que se denuncia las consecuencias de haber asumido su derecho a la libertad religiosa.
Sophia (nombre no real) es una pakistaní que vive en el este de Londres. Su familia ejerce presión psicológica sobre ella para que regrese al Islam. Sus parientes no dejan de decirle que "Es castigo de muerte" y ante el acoso continuo decidió huir de casa. Pero su madre la encontró y apareció en el momento en que la iban a bautizar.
"Cuando me iba a bautizar apareció mi madre quien corrió hacia adelante y trató de sacarme del agua" declaró Sofía. "Mi hermano se enfureció, me llamó al móvil y sólo dijo, ‘Voy a quemar la iglesia’".
Ziya Meral es otro caso de conversión y a quien sus padres desheredaron cuando se enteraron de su conversión.
Ziya dice que le "dijeron ‘vete lejos, no eres nuestro hijo’ y le comunicaron a sus amigos que había muerto en accidente para no tener que enfrentar la vergüenza de decir que su hijo había dejando el Islam".
Ziya es un estudiante turco que encontró a Jesús pero que sus padres viven en su país. Él pensaba darle la noticia a sus padres suavemente pero sus padres lo vieron en la televisión en las noticias donde mostraban como "misioneros del diablo lavan los cerebros de los jóvenes turcos. En esta noticia los reporteros islamistas mostraban un campamento de verano en al cual Meral asistió antes de regresar a Turquía.
Cristianos como Sophia y Meral se enfrentan día a día con una dura realidad pues entre los musulmanes en todo el mundo existe la convicción que deben ser castigados con la muerte.
En una encuesta realizada por las autoridades británicas el año pasado se demostró que más de un tercio de los jóvenes musulmanes que viven en el Reino Unido opinan que se debe aplicar la pena de muerte para con las personas que apostatan. Para suavizar la situación que ha causado controversia, varios estudiosos musulmanes dicen que el Corán aplica la muerte a la apostasía sino que esta posición surge de las tradiciones.
El año pasado Mufti Ali Gomaa, el máximo líder espiritual de Egipto manifestó que los musulmanes son libres de cambiar de religión y que deben de ser catalogados de mundanos la pena, ya que esto "es un asunto entre ellos y Dios".
Patrick Sookhdeo quien es un exmusulmán convertido y que dirige el Fondo Barnabas apoya la forma como los medios de comunicación británicos han abordado el problema de la conversión al cristianismo y la persecución que encaran los antiguos musulmanes.
"Como convertido quien viene del Islam, parte de mi vida la he dedicado a luchar contra estas crueles de las leyes del Islam, y apoyar a que las personas puedan elegir en libertad sin enfrentan la persecución y una posible muerte". "Es bueno que algunos imanes hoy en día piensen que no hay que aplicar la muerte a quienes dejan el Islam", señaló Sookhdeo, quien también es el director del Instituto para el Estudio del Islam y el cristianismo.
"Por último, el mundo está despertando ante esta indignación e injusticia. Felicito a los medios de comunicación seculares por haber tomado la iniciativa en esta lucha".
